La empresa comunica el traslado de su domicilio social a la CNMV
Eran las 21.14 horas. Con el discurso del Rey Felipe VI acaparando toda la actualidad informativa, un hecho relevante llegaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Lo enviaba la biotecnológica Oryzon. Y mostraba la cruda realidad que está desencadenando el caos institucional en el que Cataluña se está instaurando. Las acciones de la compañía se disparó más del 12% en bolsa este miércoles como reacción a esta decisión.
Porque lo que Oryzon decía en ese hecho relevante no era otra cosa que su mudanza. Se va de Cataluña. ¿Su destino? Madrid. "Con el fin de optimizar sus operaciones y la relación con sus inversores, el Consejo de Administración de Oryzon ha acordado trasladar su domicilio social desde el actual en Calle Sant Ferran 74, Cornellà de Llobregat, Barcelona, a la Carrera de San Jerónimo 15, 2ª planta, Madrid, donde se establece su efectiva administración y dirección", recoge el documento remitido a la CNMV.
La decisión de la empresa fundada y presidida por Carlos Buesa evidencia dos realidades con esta decisión. La primera, la fuga de empresas a la que se expone Cataluña en plena efervescencia política y ante la posibilidad de que las autoridades proclamen una declaración de independencia unilateral. Y la segunda, que las empresas con sede social en territorio catalán tienen sus planes más que avanzados para trasladar su sede social en cuanto sea preciso.
Este escenario es especialmente sensible en el caso de los bancos con sede en Cataluña, puesto que ante una supuesta independencia quedarían fuera del perímetro de financiación del Banco Central Europeo (BCE), puesto que una Cataluña fuera de España estaría fuera de la Unión Europea, que es un requisito imprescindible para formar parte de la Europa del euro de pleno derecho. Este martes, tanto CaixaBank como Banco Sabadell han manifestado que, llegado el momento, también tomarán las decisiones más convenientes para sus intereses y los de sus clientes.
Con una plantilla de 39 empleados y un activo de 62 millones de euros, Oryzon perdió 2,7 millones en el primer semestre del año. Su valor bursátil se sitúa en los 61 millones de euros tras acumular un descenso próximo al 60% en 2017. Sus títulos cotizan por encima de los 2 euros.