En los ejercicios en los que la eléctrica habría recurrido al excomisario era auditada por EY.
Iberdrola vive un momento clave y no sólo por motivos ligados al día a día de su negocio. El grupo está inmerso en el 'caso Villarejo', por los supuestos trabajos realizados por el excomisario para la compañía energética. Un proceso que, de puertas adentro, ha conllevado una investigación interna y un informe 'forensic' que se ha encargado a PwC. En este marco, además, la compañía tiene que decidir, en sólo unos meses, quién va a ser su futura revisora de cuentas a partir de 2020: si mantiene ese encargo a otra de las ‘big four’, KPMG; o si decide cambiar de auditora.
KPMG revisa los estados financieros de Iberdrola desde 2017. En concreto, a finales de 2015, la firma se impuso a Deloitte y PwC en la puja por uno de los contratos de auditoría más relevantes del Ibex que, hasta ese momento, estaba en manos de EY.
Una labor que KPMG se adjudicó para tres ejercicios: 2017, 2018 y 2019. Por ello, a partir del próximo 2020, Iberdrola tendrá que decidir si sigue con la misma firma de auditoría o si se plantea un cambio.
La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán fue una de las grandes del Ibex que tuvo que cambiar el paso y cambiar de ‘proveedor’ con la entrada en vigor en 2016 de la Ley de Auditoría que perseguía lograr más independencia entre revisores y empresas.
En su caso, Iberdrola llevaba desde 2006 siendo revisada por EY (incluido el ejercicio 2009, en que se habrían llevado a cabo los trabajos encargados a Villarejo) y, al cumplir el plazo tope de 10 años con la misma auditora, estaba obligada a cambiar.
Ahora, sin embargo, la Ley en vigor marca que los plazos de contratación sean de tres años. Por ello, KPMG puede renovar, si así lo decide Iberdrola. Como máximo podrá ser auditora en solitario de Iberdrola hasta 10 ejercicios, es decir hasta 2027. Entonces, se le abre la posibilidad de seguir cuatro años más, pero si lo hace junto a otra firma, como coauditora. Una figura que, de momento, no acaba de calar entre las grandes cotizadas españolas.
MÁS DE 59 MILLONES EN DOS AÑOS
El de Iberdrola no es sólo uno de los contratos de auditoría más codiciados por ser una de las grandes cotizadas del Ibex. También porque es uno de los contratos más jugosos. En los dos últimos años, KPMG ha percibido más de 59 millones de euros por poner su lupa en los estados financieros de la multinacional.
El desglose, según indica Iberdrola en su informe anual del pasado año, apunta que la ‘big four’ percibió 28,39 millones de euros por el ejercicio 2018; y otros 31,2 millones por el año previo.
De hecho, en el pasado año fiscal, fue el segundo mayor contrato de auditoría del selectivo, sólo por detrás de los más de 100 millones de euros que percibió PwC por Banco Santander.