La saga de hoteleros mallorquines vive uno de los momentos más difíciles de su historia
Corren malos tiempos para la familia Escarrer. La saga de hoteleros mallorquines vive uno de los momentos más difíciles de su historia debido a la pandemia de coronavirus, que ha hundido el valor bursátil de su cadena, Meliá Hotels International.
Pese al repunte de este lunes, las acciones de Meliá cotizan en niveles de 3,72 euros, muy lejos de su máximo anual de 8,40 euros marcado antes de que estallara la crisis. Un desplome en toda regla del 56% para una compañía que ha visto en apenas unas semanas cómo su modelo de negocio ha saltado por los aires.
Los Escarrer controlan un 47% del capital de Meliá. Se trata de una cartera de casi 108 millones de acciones, con un valor de mercado actual de 401 millones de euros. Una cifra importante, pero muy por debajo de los 906 millones en los que estaba valorada hace apenas tres meses. Una caída de 500 millones que muestra la dureza de la crisis también con las grandes fortunas.
Y aunque Meliá es una compañía sólida, que cuenta con una gran cartera de activos inmobiliarios, el principal problema es la dura y larga 'travesía por el desierto' que puede enfrentar la industria turística durante los próximos años.
Buena prueba de ello son las negativas previsiones sobre Melía publicadas recientemente por los analistas de Bankinter, que han bajado su recomendación sobre el valor hasta vender desde mantener, con un precio objetivo de 3,47 euros (tras un recorte del 58%).
"El sector hotelero es uno de los más perjudicados por el Covid-19. Las medidas de contención sobre el sector serán las últimas en levantarse y la reapertura será progresiva y con aforo reducido. Estimamos una ocupación media en los hoteles de Meliá del 30% en 2020 (vs.71% en 2019), que implica una caída de ingresos del 60%, pérdidas netas de 361 millones y salida de caja de 672 millones en 2020", afirman estos expertos.
En el primer trimestre, Meliá perdió 80 millones de euros porque el coronavirus provocó el cierre de la mayoría de sus hoteles. Los ingresos bajaron un 25%, hasta 293 millones de euros, "afectados por el sucesivo cierre de hoteles a lo largo del mes de marzo". Meliá confirmó que, de sus 326 hoteles, tan sólo permanecen abiertos 53.
Y este lunes, se vio obligada a anunciar la cancelación de su dividendo y anunció la dimisión de un histórico como Sebastián Escarrer Jaume. También confirmó la "suspensión definitiva" de su programa de recompra de acciones, todo ello para "fortalecer su solvencia y su liquidez".
"El nivel de incertidumbre es muy elevado a partir de 2021. Gran parte de las dudas se concentran en el impacto sobre el empleo y la posibilidad de tener una vacuna contra el Covid-19", afirma Bankinter.
"Nuestra estimación preliminar es una recuperación de la ocupación hasta el 55% en 2021, aunque con pérdidas netas de 44 millones. La vuelta a beneficios se produciría en 2022. Es previsible la cancelación del dividendo durante los próximos años. No descartamos necesidades adicionales de liquidez", añade la entidad.
Según sus cálculos, Meliá tenía una liquidez de 647 millones a 31 de marzo, que consideran "suficiente para los próximos 12 meses". Y destacan que "con la escasez de visibilidad actual, no podemos descartar que Meliá tenga necesidades adicionales de liquidez en 2021".
Así, la familia Escarrer, con su vicepresidente y consejero delegado al frente, Gabriel Escarrer Jaume, afronta una de las etapas más inciertas de su historia. La pandemia ha puesto en jaque al sector turístico y amenaza a uno de los principales motores de la economía española.