Si la recuperación no llega en 2021, los inversores oportunistas se lanzarán a comprar hoteles
Los inversores oportunistas, también conocidos como fondos buitre, huelen la sangre en épocas de recesión económica. La actual crisis del Covid-19 no iba a ser menos y ya han fijado su objetivo en uno de los sectores más heridos: el hotelero. De momento, se mantienen al acecho, a la espera de ver cuánto tarda en recuperarse una actividad mermada por la pandemia. La fecha clave será mediados 2021.
Si los hoteles se sobreponen en los próximos seis o doce meses, el número de fondos buitre que intenten aprovecharse de las debilidades del sector será más limitado. En cambio, cuanto más tiempo tarden en recuperarse, "probablemente aflorarán más operaciones vinculadas a perfiles de inversión más oportunistas", explica el director nacional de Hoteles de CBRE España, Jorge Ruiz.
Con casi todos los hoteles cerrados y sin visos de que puedan abrir pronto sus puertas, la mayoría de los expertos sitúa la recuperación más allá de la fecha clave apuntada por Ruiz, allanando el camino para la llegada de los fondos buitre. Es el caso de Randstad Research, que considera al turismo como el sector más afectado y estima que muchas de sus actividades no recuperarán los niveles anteriores a la crisis hasta, por lo menos, el primer trimestre de 2022.
El turismo nacional será vital para salir de esta complicada situación, con lo que los hoteles situados en zonas con mayor dependencia del turismo internacional atraen más la atención de los fondos buitre. Esta necesidad de captar demanda nacional ha provocado "una caída generalizada en el precio de los hoteles en todos los destinos", según apunta la consultora inmobiliaria CBRE en su informe 'Spanish Market Outlook Covid-19'.
En concreto, las ciudades más expuestas son Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Palma de Mallorca, con menos del 35% de exposición a la demanda doméstica. Por el contrario, con más de un 60% se encuentra Santiago de Compostela, Gijón, Salamanca, Soria, Zaragoza, Toledo, Cuenca y Murcia.
La mayoría de hoteles no tendrán suficiente con la demanda nacional para recuperar su músculo financiero y necesitarán liquidez para no caer en manos de inversores oportunistas. Desde la consultora EY han cifrado entre 6.000 y 16.000 millones de euros las necesidades de financiación que necesita el sector para revertir los efectos del Covid-19, que provocará una caída interanual en la facturación del 40% durante 2020.
ABRIR ALGÚN ESTABLECIMIENTO EN JULIO
En todo caso, el sector hotelero confía en que, una vez se levanten las limitaciones provocadas por el coronavirus, sus establecimientos puedan ir abriendo cuanto antes, aunque tengan que cumplir estrictos protocolos de seguridad. Tanto Meliá como Room Mate, que participaron este miércoles en un encuentro sobre el sector, aseguraron que pueden tener locales operativos en julio, aunque sean puntuales y destinados a un turismo nacional, que fundamentalmente utilizará el vehículo personal para desplazarse.
Meliá asegura que ya tiene experiencia de lo que ha ido ocurriendo en China en las últimas semanas. Su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer, explicó que la cadena ya tiene abiertos tres de sus siete establecimientos en el país asiático, con lo que la liquidez vuelve a entrar en sus cuentas, aunque con menor capacidad de ingresos, dada la necesidad de separar personas.
Lo que se considera un desastre para el sector es posponer la apertura a la recta final de 2020. "No nos podemos permitir el lujo de estar cerrados hasta diciembre”, aseguró Kike Sarasola, fundador de Room Mate. "Ese escenario es aún más negativo. No habría recuperación hasta primer trimestre de 2021", ahondó Escarrer. Sería, prácticamente, perder un año completo, dado que la Semana Santa de 2020 ya tuvo que ser cancelada.