La guerra entre las dos patronales se viene librando desde hace más de un año
El conflicto entre las patronales Foment del Treball y la Confederació Empresarial Comarcal de Terrassa (Cecot), que se ha librado durante todo este año, ha llegado a su punto álgido en la votación que los órganos de gobierno de la gran patronal catalana llevarán a cabo para decidir si expulsan a la Cecot.
El comité ejecutivo, la junta y la asamblea de Foment debatirán sobre el destino de Cecot este lunes, a instancias del presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà. La gran patronal de la comunidad considera que la patronal vallesana ha excedido en numerosas ocasiones su ámbito de actuación y propone su expulsión.
Gay de Montellà propondrá en la junta directiva de la patronal, la suspensión temporal de un año, a partir del 1 de enero, de derechos y obligaciones de Cecot en lugar de su expulsión. "Para mí no es positivo porque como presidente lo que quiero es sumar, pero no se puede castigar el modelo, el espíritu y la marca de Fomento del Trabajo", ha dicho el presidente de Foment, que ha añadido que quizá el comité no acepte esta medida y apr.uebe directamente la salida de Cecot.
Desde Cecot se reivindica que muchas de las empresas adscritas a la entidad tienen su ámbito de actuación más allá de Terrassa y creen que la actual distribución territorial está anticuada, según recoge el diario Ara.
ELECCIONES EN FOMENT
El conflicto ha escalado hasta los más altos puestos de ambas patronales, después de que el presidente de Cecot, Antoni Abad, anunciara la semana pasada su intención de presentar su candidatura a las elecciones de Foment del Treball que se celebrarán en dos años.
Mediante un comunicado, Abad ha señalado que cree que es prioritario que Foment del Treball recupere el papel de liderazgo social en los temas que afectan de pleno y de forma significativa a las empresas. “En estos momentos las empresas asistimos como ‘espectadores de lujo’ a debates públicos capitales, como por ejemplo la fiscalidad empresarial, la colaboración administración-emprendida, la carencia de inversiones en infraestructuras productivas, la política industrial, el debate energético o la formación profesional sin que nuestra opinión se haga sentir con voz alta y clara”, ha señalado. “Somos conscientes que algunos de estos debates, planteados en términos de confrontación pueden ser muy incómodas, pero esto no puede traer a la inacción”, ha explicado.
El movimiento de Abad se ha interpretado como una estrategia para prevenir la inminente expulsión de Cecot, ya que se podría acusar al equipo de Montellá de que quiere despejar la posible oposición en las elecciones de otoño de 2018.