El grupo controlado por Carlos Slim enfila la vuelta al dividendo al reducir deuda con la operación
FCC ha acordado la venta del 49% del capital de Aqualia, su filial de servicios e infraestructuras de agua, al fondo australiano Global Infrastructure Fund (IFM) por un importe de 1.024 millones de euros, según informó la compañía. La operación, que supone valorar Aqualia en 2.090 millones de euros, permitirá al grupo controlado por Carlos Slim enfilar la vuelta al pago de dividendos, suspendidos desde 2013.
FCC indicó que destinará los recursos obtenidos con esta venta a reducir su endeudamiento y a otras "necesidades corportativas del grupo". A cierre de 2017, la compañía de construcción y servicios presentaba una deuda neta de 3.579 millones de euros, importe equivalente a 4,3 veces su beneficio bruto de explotación (Ebitda).
Así, si FCC destina los fondos de esta desinversión a recortar este pasivo, podría cumplir el ratio de deuda y Ebitda que los bancos le exigen para volver a pagar dividendo, situado en una deuda inferior a cuatro veces el Ebitda. De esta forma, el magnate mexicano comenzaría a recibir retribución como accionista de FCC por vez primera desde que en 2015 desembarcó en el capital de la constructora también participada por Esther Koplowitz.
Se trata además de la segunda ocasión en que FCC utiliza Aqualia, considerada la 'joya de la corona' del grupo, para recortar deuda. El pasado año, en el marco de la refinanciación del grueso de su pasivo, la compañía realizó a través de esta filial de agua una emisión de bonos de 1.350 millones de euros. La venta ahora del 49% de su capital, anunciada el pasado mes de febrero, tiene lugar después de que IFM le propusiera una oferta de compra "para tomar una participación minoritaria en la sociedad".
FCC indicó que, tras la operación, Aqualia mantendrá sus operaciones y relaciones comerciales con clientes públicos y privados, y su actual estrategia enfocada hacia la internacionalización
Se trata del mismo fondo que actualmente ultima el cierre de la compra de toda la filial de concesiones del grupo OHL, una operación que abarca las autopistas que esta empresa del grupo Villar Mir tiene en España, México, Chile, Perú y Colombia, por un importe de 2.235 millones de euros.
En el caso de Aqualia, IFM se hará con el 49% de la firma, con lo que FCC seguirá manteniendo la mayoría y el control de esta filial. En este sentido, FCC indicó que, tras la operación, Aqualia mantendrá sus operaciones y relaciones comerciales con clientes públicos y privados, y su actual estrategia enfocada hacia la internacionalización.
Además, buscará sinergias derivadas de la incorporación del nuevo socio a la firma, que mantendrá su equipo directivo, según detalló FCC a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
LA 'JOYA DE LA CORONA' DEL GRUPO
Aqualia es, según FCC, la cuarta compañía de gestión de agua de Europa y una de las diez primeras del mundo. La filial presta servicio en un total de 1.100 municipios de 22 países concentrados fundamentalmente en Europa, el Norte de África, México y Latinoamérica.
La firma, que cuenta con unos 7.700 empleados, constituye el segundo negocio de FCC por aportación de beneficio bruto de explotación (Ebitda) del grupo, con 241 millones de euros, el 30% del total, a cierre de 2017. Asimismo, es también el tercero por generación de ingresos, por detrás de construcción y servicios. El pasado año reportó 1.025 millones, el 18% del total. Aqualia es, no obstante, la primera por cartera del grupo, dado que tiene contratos que le aseguran ingresos futuros por unos 14.800 millones de euros. También era la más saneada, hasta que emitió los bonos.
En la actualidad, presenta un endeudamiento de 1.383 millones. En su estrategia de internacionalización, uno de los últimos contratos conseguidos es la construcción de una depuradora en Egipto por un importe de 320 millones de dólares (unos 270 millones de euros) y el de gestión del agua del puerto de Sohar en Omán.
VENTAS EN LA ERA SLIM
La venta de Aqualia constituye la segunda importante desinversión de FCC desde que está bajo el control del magnate mexicano Carlos Slim, tras la del negocio de cemento que tenía en Estados Unidos, que se vendió a una firma del propio Slim.
La desinversión tiene lugar tras las realizadas durante el periodo de reestructuración y saneamiento que FCC emprendió en 2013, que precisamente supuso el desembarco de Slim en la compañía, un proceso que actualmente está a punto de culminar. La vuelta al dividendo, suspendido desde entonces, constituye el único elemento que le resta a la compañía que preside Esther Alcocer Koplowitz para recuperar plenamente la normalidad.