Se incrementa la presión sobre el gobierno de Pekín para que no deje caer al promotor inmobiliario
Trece años después de la caída de Lehman Brothers, primera pieza de una crisis mundial que sacudió los cimientos del capitalismo, los mercados globales contienen la respiración ante la posible quiebra de China Evergrande Group, un auténtico coloso inmobiliario con una deuda de más de 255.000 millones de euros (300.000 millones de dólares) e implicaciones sistémicas en China, que podrían acabar por herir de muerte la economía del país. Bajo la sombra del ‘too big to fail’, su rescate a manos del gobierno de Pekín se está convirtiendo en una necesidad a marchas forzadas, por el inmenso potencial de tornarse en un desastre financiero y económico para el gigante asiático con ramificaciones allende sus fronteras.
Expertos y analistas coinciden en que los paralelismos con la fallida de la entidad financiera de EEUU el 15 de setiembre de 2008 son innegables y están afectando notablemente al sentimiento de riesgo global, con caídas en las bolsas de todo el mundo al aumentar la ansiedad por un posible impago de Evergrande esta misma semana. La compañía está inmersa en una crisis de liquidez que le ha hecho correr para conseguir fondos en aras de satisfacer a sus numerosos prestamistas y proveedores. El jueves debe pagar 83,5 millones de dólares de intereses por su bono de marzo de 2022. Tiene otro pago de intereses de 47,5 millones de dólares que vence el 29 de septiembre por los bonos de marzo de 2024. Ambos bonos entrarían en mora si Evergrande no liquida los intereses en los 30 días siguientes a las fechas de pago previstas.
“Hay todo tipo de bancos y aseguradoras atrapados en la red”, explica Neil Wilson, analista de Markets.com, quien minimiza la comparativa con un posible “momento Lehman”. Sin embargo, reconoce que “es una causa importante de preocupación para los inversores actualmente y es posible que veamos más pérdidas”. La empresa ya ha caído a mínimos de 11 años en la bolsa de Hong Kong y encadena varias jornadas de desplomes, lastrando al Hang Seng y a otros valores inmobiliarios que cotizan en la ciudad autónoma. El precio de sus acciones se ha desplomado más de un 80% en lo que va de año, y las bolsas chinas han interrumpido repetidamente la negociación de sus bonos en las últimas semanas.
Los pasivos de Evergrande involucran a más de 128 bancos y más de 121 instituciones no bancarias, según la carta que Evergrande envió al gobierno a finales del año pasado. Y sus deudas equivalen al 2% del PIB chino. El retraso en los pagos podría provocar un efecto dominó en el sector inmobiliario del país asiático, que representa el 29% de su PIB y desencadenar impagos cruzados, ya que muchas instituciones financieras están expuestas a Evergrande mediante préstamos directos y participaciones indirectas a través de diferentes instrumentos financieros.
En el mercado de bonos en dólares, Evergrande representa el 4% de la alta rentabilidad inmobiliaria china, según DBS. Cualquier impago desencadenará también ventas en el mercado de crédito de alto rendimiento. Además de eso, UBS señala que 19.000 millones de dólares de la deuda de Evergrande está en bonos offshore, por lo que su colapso también impactaría más allá de China continental. Por último, estiman los expertos que un colapso de Evergrande tendrá un gran impacto en el mercado laboral. Tiene 200.000 empleados y contrata a 3,8 millones de personas cada año para el desarrollo de proyectos.
¿QUÉ HARÁ EL GOBIERNO?
Sin duda, Pekín está observando la situación de cerca, pero no está claro cuándo intervendrán las autoridades. "Hasta cierto punto, los problemas de los promotores inmobiliarios del gigante asiático han sido diseñados por el gobierno con normas más estrictas sobre la deuda, aplicadas el año pasado, y quieren demostrar que el endeudamiento incontrolado tiene un precio", explican los expertos de Danske Bank. "Pero tampoco quieren que una profunda crisis financiera lleve a la vivienda china y a la economía a una profunda recesión". Por lo tanto, a su juicio, "la cuestión es cómo de mal tiene que ir la cosa para que intervengan. El mundo estará cada vez más atento a la forma en que Pekín maneja la situación, ya que los efectos se extienden a los mercados mundiales".
Es poco probable que la caída potencial de Evergrande desencadene un riesgo sistémico similar al de Lehman Brothers, Señalaba el editor jefe de Global Times, medio portavoz del Gobierno, Hu Xijin. Y ha añadido que el grupo inmobiliario debería recurrir al mercado para cualquier salvación. Con estas declaraciones desde la cuenta de WeChat de Hu, se minimiza la suposición de que la empresa es "demasiado grande para quebrar" y que el gobierno eventualmente los rescatará.
"China tiene las herramientas a su disposición para rescatar fácilmente a Evergrande y apuntalar la economía. Simplemente no está eligiendo hacerlo en este momento por una razón u otra, ya sea por problemas de deuda o simplemente por una simple consolidación de poder", comenta el analista Justin Low.
Por el momento, Evergrande ha movido ficha y se ha embarcado en una contrarreloj de canje de bienes raíces con sus prestamistas, informa 'Reuters'. La empresa dijo en un post de WeChat fechado el sábado que los inversores interesados en canjear productos de gestión patrimonial por activos físicos deben ponerse en contacto con sus asesores de inversión o visitar las oficinas locales.
El medio financiero Caixin informó el domingo de que se calcula que hay 40.000 millones de yuanes (6.000 millones de dólares) en productos de gestión de patrimonio de Evergrande. Estos productos suelen estar en manos de inversores minoristas.
Además, sus portavoces avisaron la semana pasada de que la escalada de sus problemas podría provocar riesgos de impago más amplios. Afirmó que si no puede pagar su deuda, podría producirse una situación de "impago cruzado", en la que un impago desencadenado en una situación podría extenderse a otras obligaciones. El martes pasado también alertó de que sus ventas inmobiliarias probablemente seguirán cayendo significativamente en septiembre, después de haber disminuido durante meses, haciendo que su situación de flujo de caja sea aún más grave.
Entre la espada y la pared, el Gobierno de Xi Jinping habría pedido a las autoridades de Guangdong que elaboren un plan para gestionar la deuda de la empresa, según 'The Washington Post'. La gran incógnita es si decidirá rescatar, reestructurar o liquidar China Evergrande Group.