Se espera que las conversaciones formales finalicen con un acuerdo antes de finales de 2022
El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado este miércoles sus líneas rojas para negociar con el Consejo y la Comisión Europea la nueva norma para imponer un cargador único con puerto USB de tipo C para dispositivos móviles como teléfonos, tabletas, cámaras o auriculares, al tiempo que ha abogado por explorar una estrategia que permita avanzar más adelante en la misma línea en lo que a las soluciones de carga inalámbrica se refiere.
Con el voto de los eurodiputados reunidos en Estrasburgo (Francia) se abre la vía para el inicio en próximas fechas de las negociaciones formales entre las instituciones con el reto de un acuerdo antes de que acabe el año 2022. Según los datos de la UE, cada año se generan entre 11.000 y 13.000 toneladas de residuos electrónicos en el espacio comunitario.
Bruselas presentó la propuesta para un cargador universal el pasado año, aunque la Eurocámara ha reclamado este avance desde hace varios años, con el objetivo de reducir la basura electrónica en la Unión Europea y evitar que los consumidores tengan que adquirir cables y cargadores nuevos con cada compra de un dispositivo.
Para ello, siguiendo la propuesta del Ejecutivo comunitario, lo eurodiputado pide armonizar el puerto de carga para que el USB-C sea el tipo común para todos los dispositivos electrónicos de tamaño medio y pequeño, como por ejemplo los móviles, las tabletas, las cámaras digitales, los cascos, los auriculares, las videoconsolas portátiles y los altavoces portátiles.
Con todo se prevén excepciones para que queden exentos los artículos que por ser demasiados pequeños no serían compatibles con ese modelo de puerto, como es el caso de los miniauriculares, los relojes inteligentes y los monitores de actividad y otros aparatos para la práctica deportiva.
Esta revisión se enmarca en los esfuerzos de la UE para hacer más sostenibles los productos, particularmente los aparatos electrónicos, vendidos en el mercado comunitario, y para reducir los residuos electrónicos.
Además, los eurodiputados también quieren que en los nuevos dispositivos se incluya información y etiquetado claros sobre las opciones de carga, así como si el producto viene con cargador, con el objetivo de evitar confusiones y facilitar la elección.
Finalmente, los eurodiputado atienden al uso cada vez más frecuente de cargas inalámbricas en los dispositivos comercializados en la UE, por lo que emplazan a la Comisión a preparar una estrategia para finales de 2026 que permita que cualquier nueva solución de carga sea compatible con otros fabricantes.
El objetivo es evitar una nueva fragmentación del mercado, seguir reduciendo los residuos medioambientales, garantizar que las soluciones se adecúan a las necesidades de los consumidores y evitar que estos acaben dependiendo de un único proveedor.