La banca y las aseguradoras emplean a 312.298 asalariados
La recuperación del empleo se extiende, casi, a todos los sectores. Pero hay una excepción: la industria financiera. Ante las dificultades para elevar sus ingresos, la banca se ha centrado en reducir los costes. Y esto se traduce en una disminución de sus oficinas y plantillas y, como derivada, en destruir empleos.
De hecho, el sector financiero es el único que eliminó puestos de trabajo en el último año, al comparar el segundo trimestre de 2017 con el mismo periodo del ejercicio anterior. En concreto, entre abril y marzo el empleo del segmento ‘actividades financieras y de seguros’ promedió una cifra de ocupados equivalentes a tiempo completo de 342.199, un 0,4% menos que en 2016, según los datos de contabilidad nacional publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, mientras que la economía y el empleo crecieron a ritmos del 3%, la industria financiera destruyó 1.336 puestos de trabajo, contando tanto empleados por cuenta ajena como trabajadores por cuenta propia.
Por su parte, el número de asalariados por puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en el sector disminuyó un 0,9% hasta los 312.398 empleos, mientras que las horas trabajadas por estos empleados se redujeron un 3,5% hasta los 140 millones. Todas las variables sobre el empleo de la banca muestran que ha prolongado los recortes en sus plantillas.
Las cifras contrastan con la evolución general. El Producto Interior Bruto (PIB) se expandió un 0,9% en el segundo trimestre respecto a los tres primeros meses del año, mientras que el incremento interanual fue del 3,1%. El empleo aumentó un 2,8% entre el segundo trimestre de 2016 y el mismo periodo de 2017, hasta alcanzar los 17,9 millones de ocupados, con 15,5 millones de asalariados -datos en equivalencia a tiempo completo-.
De este modo, el sector financiero es el único segmento que no contribuye positivamente a la evolución del mercado laboral. Entre el resto destacan los incrementos en la comparativa anual de 144.000 empleos en el comercio, transporte y hostelería, y de 83.600 entre las actividades profesionales, científicas y técnicas. Además, superan la cifra de 50.000 puestos de trabajo creados los sectores de la industria manufacturera; administración pública, sanidad y educación; y la construcción. También tienen aportaciones positivas la agricultura, ganadería y pesca; información y comunicaciones; actividades inmobiliarias; y las actividades artísticas o recreativas.
PROFUNDO RECORTE DE LAS PLANTILLAS
El descenso de la ocupación entre las actividades financieras y de seguros es continuo desde que empezó la crisis. Bancos, aseguradoras, gestoras de fondos, brókers o firmas de asesoramiento de inversión eran responsables de 407.100 empleos en el segundo trimestre de 2008. En los últimos nueve años, este dato de ocupados ha bajado un 16%, hasta situarse en los 342.199 entre abril y junio de 2017.
Los ejecutivos de la banca, a los que se les achacan muchas culpas de la crisis, han hecho en este caso lo que les han pedido desde, prácticamente, todas las autoridades españolas y europeas con competencias en la industria. Es decir, minimizar los costes para maximizar su rentabilidad a costa de fusiones primero, y cierre de oficinas y despidos después.
El propio Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), pidió durante su visita a Madrid en mayo un esfuerzo adicional: “Queda mucho espacio para que una gran parte del sector financiero mejore la rentabilidad aumentando los esfuerzos para mejorar la eficiencia operativa mediante la reducción de costes orgánicos: la eficiencia de los costes de los bancos de la Zona Euro no ha mejorado desde 2010, y tienen una comparativa desfavorable con muchos de sus pares internacionales”, señaló el banquero italiano en la sede del Banco de España.
La banca española alcanzó su mayor cifra de sucursales en el tercer trimestre de 2008 con 46.118, según las estadísticas del Banco de España (BdE), que incorpora datos hasta el primer trimestre de 2017. Los bancos acabaron marzo con 28.404 oficinas. Así, desde que empezó la crisis han cerrado 17.714, el 38% del total.
Este adelgazamiento de sus infraestructuras ha venido acompañado de un recorte de la plantilla -contando únicamente la banca- de casi la misma intensidad. En este caso, los datos del BdE son anuales. Desde 2008 hasta acabar 2016, la banca ha destruido 84.000 puestos de trabajo en España al pasar desde una cifra de 278.301 trabajadores hasta otra de 194.283 empleados, disminuyendo su fuerza laboral en un 30%.
Este ajuste laboral se ha producido tanto con vacantes no cubiertas de jubilaciones y salidas voluntarios, como con diversos Expedientes de Regulación de Empleo (ERE). El año pasado, BBVA terminó con 31.451 empleados, 1.452 menos que el año anterior principalmente por un ERE en Caixa Catalunya tras su integración. Banco Santander, por su parte, llevó a cabo un ajuste consensuado con los sindicatos de 1.380 trabajadores, mientras que Banco Popular ejecutó otro de 2.592 empleados.
La banca está mejorando este año la parte alta de la cuenta de resultados. El beneficio de las entidades financieras cotizadas aumentó un 20% en el primer semestre, hasta los 8.114 millones de euros, con aumentos generalizados de la rentabilidad. Tras dejar las provisiones masivas atrás, los bancos están centrados en reducir costes y obtener ingresos que no dependan de los tipos de interés ante la política de ‘dinero gratis’ del BCE, que según las estimaciones del propio banco central han costado 11.000 millones de euros en ingresos entre 2008 y 2016 a las entidades españolas.
Así, mientras elevan el peso de las hipotecas a tipo fijo y aumentan los ingresos por comisiones a través de los recursos fuera de balance -fondos de inversión, planes de pensiones, carteras gestionadas, seguros, etc-, podrían llegar nuevos ajustes. De hecho, los sindicatos y los propios trabajadores de Banco Popular dan por hecho que el Santander iniciará un nuevo proceso de recortes durante los dos últimos años, a medida que complete la integración. Eso sí, “esta vez seremos más beligerantes”, asegura a ‘Bolsamanía’ una fuente sindical. Pero con mejores o peores condiciones, aún no ha llegado el punto de inflexión para el empleo en la banca.