MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Facua-Consumidores en Acción cree que Bruselas debería ir más allá y ampliar el requerimiento a todas las empresas del sector turístico, tras el comunicado de la Comisión Europea acerca de su exigencia a Google de más transparencia en los resultados de las búsquedas de hoteles y vuelos.
Bruselas ha enviado una carta a Google para exigirle más transparencia sobre las búsqueda de hoteles y vuelos, de tal forma que los usuarios conozcan cómo se ordenan los resultados y se les muestre siempre el precio final. Esta petición llega después de la inspección realizada por las Autoridades de Protección de Consumidores de Países Bajos y Bélgica.
Sin embargo, aunque valora positivamente dicha exigencia, Facua recuerda a la Comisión que hay otras empresas que habitualmente incurren en estas prácticas, como ya denunció la asociación en 2019 al operador Trivago por posicionar mejor a los hoteles que más le pagaban.
La asociación insiste en que la información que recibe el usuario debe ser "totalmente transparente y no sesgada", evitando el desequilibrio y la indefensión del consumidor e insta a las autoridades competentes a "sancionar contundentemente a quien incurra en estas prácticas".
POSICIONAMIENTOS SEGÚN PAGO.
La asociación de defensa de los consumidores considera que, en algunas ocasiones, las empresas que venden hoteles y vuelos pueden provocar que los usuarios contraten ofertas más caras que las que aparecen en sus propias webs, "al hacerles creer que allí encontrarían los mismos precios".
En estos casos, al ordenar por defecto los resultados de sus búsquedas con el criterio 'Recomendados', inducen a que se contraten más los hoteles que aparecen en las primeras posiciones, "los cuales no son necesariamente los mejores y más económicos", ya que el posicionamiento en los resultados de estas búsquedas depende de las cantidades que paguen las empresas al comparador o agencia y no por criterios objetivos (como precio o ubicación).
Por otro lado, la asociación recuerda que no presentar al consumidor el precio final, es decir, con todos los impuestos indirectos incluidos puede inducir a error a los usuarios sobre el importe real que pagarían al contratar, "pudiendo incurrir con ello también en publicidad engañosa".