El ministro de Economía añade que "será lo que sus accionistas quieran que sea"
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado este miércoles que Banco Popular no tiene problemas ni de liquidez ni de solvencia y ha señalado que la entidad "será lo que sus accionistas quieran que sea".
Tras su participación en el XXIV Encuentro del Sector Financiero, organizado por ABC, Deloitte y Sociedad de Tasación, el titular de Economía ha destacado que cuando pregunta al supervisor por la entidad que preside Emilio Saracho la respuesta que recibe es que es un banco "solvente que no tiene ningún problema de liquidez". Las acciones de Popular se disparan más del 6% en bolsa.
"El Gobierno y el Ministerio de Economía no tienen inspectores, los tiene el supervisor y es el que analiza la situación de la entidad. Eso es lo que me dicen: ni problemas de solvencia ni de liquidez", ha insistido Guindos. Pese a estas palabras, los inversores bajistas acechan a la entidad y controlan más del 12% de su capital.
El ministro ha recalcado que Popular es un banco privado, por lo que es su equipo de gestión el que tiene que tomar las decisiones oportunas. "Ya ha dado indicaciones al respecto y el Gobierno no tiene nada que decir", ha apuntado.
En este sentido, ha recordado que Popular tiene una parte de su negocio centrado en pymes, un segmento en el que es una de las entidades con más presencia. "Popular será lo que sus accionistas quieran que sea. El Gobierno aplicará la normativa de competencia", ha añadido.
Respecto a la posibilidad de que el banco pueda participar en una operación corporativa, De Guindos ha eludido pronunciarse y ha recalcado nuevamente que Popular es una entidad privada. "Lo que decidan sus gestores, siempre que esté dentro de la normativa y de la Ley, el Gobierno no tiene nada que decir", ha zanjado.
El banco celebró la semana pasada su junta de accionistas ordinaria en la que su presidente, Emilio Saracho, afirmó que Popular estaba abocado ampliar capital nuevamente, sin descartar operaciones corporativas, pues entiende que la independencia de la entidad "es un valor hasta que se convierte en una carga".