MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El precio de los carburantes mantiene su tendencia alcista, al encadenar esta semana su decimasegunda subida consecutiva, con un repunte del 1%, con lo que se acerca así a los niveles de la segunda semana de marzo, antes de declararse el estado de alarma por la crisis sanitaria del Covid-19.
En concreto, el precio medio del litro de gasolina ha subido un 1,05% respecto a la semana anterior, para situarse en los 1,251 euros, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea recogidos por Europa Press.
Por su parte, el precio del gasóleo se ha encarecido un 1,25% esta semana, para elevarse hasta los 1,133 euros el litro.
Desde la segunda semana de noviembre, el precio del gasóleo acumula una subida de en torno al 11%, mientras que en el caso de la gasolina es un 9% más cara.
Así, el precio de ambos carburantes se consolida en máximos desde marzo, cuando empezó a descender en pleno confinamiento por la crisis del Covid-19.
Este incremento en el precio de la gasolina y del gasóleo ha ido de la mano de una recuperación en los precios del petróleo, que esta semana se han asomado a máximos.
Así el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves por encima de los 63 dólares, mientras que el Texas americano se intercambiaba a unos 59,6 dólares, precios por encima de los de hace una semana.
De esta manera, los carburantes consolidan las subidas que ya empezaron a registrar a lo largo del periodo estival, con incrementos desde el pasado mes de mayo, cuando descendieron a mínimos por el desplome registrado durante el confinamiento por el coronavirus.
No obstante, la gasolina sigue estando más barata en España respecto a la media de la Unión Europea (UE) y la zona euro, donde el litro cuesta 1,375 euros y 1,427 euros, respectivamente, al mismo tiempo que el litro de gasóleo cuesta de media 1,251 euros en la UE y 1,276 euros en la eurozona.
El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.