DIA, historia de un hundimiento bursátil en cinco pasos

Cómo pasar de cotizar a 6 euros a hacerlo a 0,7 en año y medio

Nieves Amigo
Bolsamania | 07 feb, 2019 06:00 - Actualizado: 13:23
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Supermercado DIA.Europa Press - Archivo

Dia

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¿Cómo pasa una compañía de cotizar a casi 6 euros a hacerlo a 0,70 euros en apenas un año y medio? ¿Cómo pasa una compañía de tener el respaldo mayoritario de los analistas y los inversores a perderlo por completo en escasos meses? ¿Cómo pasa una empresa de dar una imagen de solidez y confianza a confirmar, en un tiempo récord, los malos augurios por los que apostaban los bajistas con insistencia?

Las respuestas a estas preguntas son múltiples, pero fundamentalmente dominan dos planteamientos: los que creen que el modelo de DIA fallaba desde el principio -mucha deuda, muchos problemas con los franquiciados, unos márgenes imposibles de sostener...- y consideran que era cuestión de tiempo que los bajistas tuvieran la razón y afloraran todos estos problemas; y los que consideran que LetterOne ha sido el particular 'caballo de Troya' de DIA, que llegó como su salvador y que al final, a base de 'conspirar', ha llevado a la empresa a los niveles en los que se encuentra para comprar más barato.

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Evolución de DIA desde la entrada de Fridman.

Sea por un motivo u otro, lo único cierto es que DIA se ha desplomado casi un 90% desde que Mikhail Fridman entró en su accionariado hasta el día de hoy, después del lanzamiento de esa opa a 0,67 euros. En año y medio ha sufrido una auténtica debacle bursátil que puede resumirse en los siguientes hitos:

1. 28 de julio de 2017, cuando todo empezó: DIA se disparaba un 15% en esa sesión tras la entrada de LetterOne Investment Holdings en su accionariado (compró un 3% del capital, con posibilidad de ampliar hasta el 10%). La alegría duró justo una jornada porque la empresa empezó a caer desde la siguiente sesión, lo que le llevó a registrar el primer tramo fuerte de descensos en esta historia de hundimiento bursátil. Así, entre finales de julio de 2017 y finales de noviembre del mismo año, DIA se dejó nada menos que un 40%.

2. Una recuperación brusca pero efímera: entre principios de diciembre de 2017 y finales de enero de 2018, DIA vivió un periodo de recuperación que le llevó a rebotar un 25%. Los buenos tiempos, sin embargo, duraron apenas dos meses porque la situación volvió a torcerse en febrero con la publicación de los resultados de 2017, cuando DIA no alcanzó sus objetivos por primera vez como cotizada.

3. Los malos resultados llevan a un nuevo tramo de caídas: en 2017, el beneficio neto de DIA descendió un 37%, hasta los 109,6 millones. La compañía lo achacó a China, pero también a las divisas e incluso al mal tiempo. Su ex-CEO, Ricardo Currás, reconoció que 2017 fue "el primer año que no hemos alcanzado nuestros objetivos desde que salimos a bolsa", con unas cuentas por debajo de las previsiones que dieron en octubre. Las dudas en torno a DIA proliferaban y, entre febrero y marzo la compañía se dejaba otro 30% en bolsa.

4. Las especulaciones restan credibilidad a DIA, que pierde otro 50%: tras una breve recuperación en abril, DIA vivió otro nuevo tramo de fuertes caídas entre principios de mayo del año pasado y principios de agosto, cuando se desplomó otro 50%. En este periodo el deterioro de DIA fue también 'cualitativo', con un goteo incesante de noticias relacionadas con la compañía que condicionaron su cotización y le restaron credibilidad. Muy sonada fue la fortísima subida que vivió el valor el 3 de agosto (llegó a dispararse más de un 25%) ante los rumores de una compra por parte de Amazon que fuentes próximas a la empresa calificaron incluso de irresponsables. Todo este ruido, siempre con Fridman de fondo (cada vez se especulaba más con una opa por su parte), contribuyó a que DIA se convirtiera en la 'empresa de moda' sobre la que escribir, y eso exceso de atención no le vino nada bien.

5. 15 de octubre, el principio del fin: tras una leve recuperación en bolsa, a mediados de octubre DIA sorprendió al mercado con una rebaja de previsiones que le llevó a desplomarse un 40% en una sola sesión. Esa fecha marca el inicio de un tramo que se extiende hasta hoy y que, tal y como se observa en el gráfico (amplías velas, alcistas y bajistas), presenta a DIA como un valor roto, un título que un día cae un 40% y al día siguiente sube un 25%.

El 22 de octubre DIA rebajaba su beneficio correspondiente a 2017 de 110 millones a 90 millones tras un ajuste de 20 millones de euros, y el 30 de octubre el mercado encajaba otro revés y DIA escondía su beneficio neto (alegando que debía esperar a los resultados de un test de deterioro) al publicar las cuentas de los primeros nueve meses de 2018. Todas estas circunstancias hundían a la compañía cada vez que se publicaba una nueva mala noticia hasta que, el 11 de diciembre del año pasado, DIA marcaba mínimos históricos en 0,33 euros. En un ejemplo de ese comportamiento errático, el 27 de diciembre se disparaba un 22% ante los rumores de avances en su refinanciación, algo que se confirmó el 31 de diciembre.

Hoy por hoy, es un hecho que DIA ha perdido la credibilidad, al menos la bursátil. Es un valor nada fiable en el que pocos recomiendan entrar y, en cuanto a la opa, los analistas también son reticentes. Tras ver el comunicado de LetterOne, resulta evidente que hay una guerra abierta en el seno de la compañía y está circunstancia dificulta que cualquier operación salga adelante limpiamente.

HSBC publicaba un informe este miércoles en el que evitaba 'mojarse' demasiado pero sí reconocía que, al menos, esta oferta garantizaría el futuro de DIA. No en vano, estos 0,67 euros ya son más de lo que recibieron (o no recibieron) en su día los accionistas de Popular, e incluso más de lo que han recibido los de Abengoa o Duro Felguera, que han tenido que conformarse con una refinanciación que a duras penas asegura la viabilidad de estas empresas.

DIA publica sus resultados de 2018 este viernes, 8 de febrero. Tal y como están las cosas, lo que menos importa ahora son los números... o no.

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