Rato quería que Celma realizara la auditoría teniendo en cuenta un plan que De Guindos le solicitó y que fue rechazado
Francisco Celma, el socio de Deloitte encargado de la auditoría de las cuentas de Bankia de 2011, se ha defendido atacando al expresidente de la entidad Rodrigo Rato. En su declaración de este miércoles en el juicio oral del caso Bankia, ha acusado a Rato de pedirle que realizara el informe de auditoría teniendo en cuenta que el banco recibiría una inyección de capital de 7.000 millones de euros por parte del FROB, que jamás se materializó. La cifra estaba basada en un plan que, según Rato, le pidió Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, a espaldas del Banco de España y que fue rechazado finalmente. Celma se negó a firmar las cuentas de ese ejercicio dado que no disponía de la información suficiente para ello, según su versión.
El socio de Deloitte ha continuado este miércoles su declaración en la causa penal que investiga las responsabilidades por la salida a bolsa de Bankia ante las preguntas de las acusaciones particulares y populares. En el turno de interrogatorio por parte de Andrés Herzog, el letrado que representa a la Confederación Intersindical de Crédito (CIC) y que presentó la primera querella que dio lugar a este caso, Celma se ha despachado dirigiendo sus ataques contra Rodrigo Rato.
Según la versión del socio de Deloitte, el 17 de abril de 2011 recibió una llamada de Rato en la que este le preguntaba cómo se estaba desarrollando la auditoría. “Le digo: ‘No va’”, recuerda Celma, según cuya versión el entonces presidente de Bankia le preguntó si sería posible emitir el informe teniendo en cuenta una inyección de capital de 7.000 millones de euros.
“Le digo que no hemos podido terminar el trabajo porque nos falta información. Él me dice: ‘Olvídate de la dichosa información’”, ha continuado relatando Celma, que ha añadido que en ese momento Rato le insistió en que pensara si sería posible realizar la auditoría teniendo en cuenta esa inyección.
La respuesta de Celma a Rato, según ha relatado en el juicio, fue: “En el caso de que nos deis toda la información y no surgiera un ajuste y me dieran un tipo de información firmada que corroborara los 7.000 millones de euros, nosotros podríamos emitir una opinión que incluyera un párrafo con la opinión limpia. Luego, un párrafo de énfasis en el que tendríamos que referirnos a un impacto del Real Decreto 2/2012 en cuanto a provisiones, otro párrafo de énfasis relativo al plan a entregar al Banco de España, un tercer párrafo de énfasis haciendo mención a los requerimientos de la EBA y un cuarto párrafo de énfasis en que indicaríamos que va a haber un deterioro económico”.
En ese momento, según Celma, Rato le cortó y le dijo: “Espera, Paco, que es muy tarde. No hablemos de este tema por teléfono. ¿Me lo puedes mandar por escrito?”. Celma le respondió que al día siguiente le mandaría una nota por escrito. Así lo hizo, con copia al entonces interventor de Bankia, Sergio Durá. “Después de esta conversación no volví a hablar más con él [Rodrigo Rato]”, ha concluido.
Este documento que Celma envió a Rato y a Durá es el que algunos de los exconsejeros de la entidad han identificado a lo largo del juicio como borrador de auditoría, algo que el socio de Deloitte se ha esmerado en desmentir. “Ese papel no era un borrador de auditoría porque estaba basado en dos hechos que no se produjeron nunca”, que fueron el hecho de que la entidad le enviaría la información pendiente, cosa que no pasó, y que se produciría una inyección de capital de 7.000 millones, que tampoco tuvo lugar.
"Rato me dijo que iban a pasar una serie de cosas que nunca pasaron"
Según ha explicado Celma, un borrador de auditoría solamente se entrega cuando se ha terminado todo el trabajo. “La única diferencia entre el borrador y opinión firmada es la firma del socio. Ese papel nunca se lo di al comité de auditoría porque estaba basado en una conversación privada con Rato, que me dijo que iban a pasar una serie de cosas que nunca pasaron”, ha añadido.
La promesa de esa inyección de capital está referida al plan que Rato presentó a principios de mayo de 2012 al Banco de España y que había sido solicitado por el entonces ministro de Economía, Luis de Guindos, de acuerdo con la versión que Rato ofreció en su declaración en el juicio el pasado mes de febrero.
“Hicimos un plan, contratamos a una entidad [McKinsey] y elaboramos una situación macroeconómica caótica que pudiera justificar esa petición extraordinaria del ministro y en esa situación macroeconómica caótica nos salía lo que decía ahí [7.000 millones de euros]”, explicó el expresidente de Bankia durante su interrogatorio por parte del fiscal Alejandro Luzón, el pasado 4 de febrero.
"RATO ESTÁ CONFUNDIDO"
Durante su exposición, Celma ha acusado a Rato de mentir en sede judicial. En otro momento de la declaración, ha recordado que Rato dijo que Deloitte se encontraba realizando un plan para solucionar el tema de la valoración de las acciones de Bankia en BFA. "Eso no es cierto, no se estaba haciendo", ha explicado Celma, que ha añadido: "No es cierto porque no puede ser. Lo único que permite la normativa es que haya un informe de un experto independiente que garantice la no existencia de deterioros".
Según Celma, lo que Deloitte se encontraba realizando era un plan para presentar al Banco de España destinado a cubrir los efectos del Real Decreto 2/2012 que el Ministerio de Economía iba a publicar. "Rato hizo ese comentario no sé si porque estaba confundido o porque quería confundir", ha concluido.
Celma, por otra parte, ha rechazado haber tenido algún contacto con Luis de Guindos en relación con la auditoría de Bankia. "A lo largo de mi carrera profesional mi contacto ha sido con los reguladores, Banco de España y CNMV. Jamás he hablado con el Ministerio de Economía de ningún cliente mío", ha aclarado.