La firma suiza mantiene su rating "neutral" y espera que las acciones caigan hasta los 2,20 euros
Tras el espejismo del miércoles, Caixabank vuelve a la realidad, y su realidad es la de un valor que ha perdido en dos años la mitad de su cotización. Las firmas de inversión siguen sin ver clara la compra del banco portugués BPI y aunque Credit Suisse eleva su precio objetivo hasta los 2,20 euros, desde los 2 euros previos, mantiene su recomendación "neutral" en el valor.
La firma suiza sigue viendo riesgos en la situación del banco español. Sin embargo, señalan que después de la nueva oferta pública de adquisición (OPA) lanzada a 1,134 euros sobre BPI, que pasa a ser de aceptación obligatoria tras la eliminación de los derechos de voto de los accionistas y de la venta del 2% banco angoleño BFA por parte de los portugueses se despejan algunas dudas.
Los títulos de Banco Portugués de Inversiones se disparaban más de un 3% en el inicio de la sesión y su valoración se acercaba al último precio fijado en la oferta pública de adquisición (OPA) de Caixabank.
En concreto, las acciones de BPI, que fueron suspendidas el pasado miércoles a la espera de la reunión que finalmente eliminó las restricciones de voto de los accionistas, marcaban un precio de 1,13 euros en los primeros compases de la sesión.
PARTICIPACIONES EN CAIXABANK, BPI Y BFA
Desde Credit señalan que lo que más les preocupa no es la transacción con BPI en sí misma, sino que los portugueses, y en consecuencia Caixabank también, se vean obligados a adquirir Novo Banco, que añadiría un coste de 2.500 millones de euros. Los creen que los catalanes siguen teniendo posibilidades para mejorar sus resultados, de hecho, es el banco español con un mayor margen para recortar costes.
Tras subir el miércoles junto a toda la banca europea, las acciones de Caixabank caen este jueves un 0,78% y es el único valor del selectivo español en rojo.
A pesar de la situación actual, para los próximos años Credit Suisse espera que el banco multiplique su beneficio neto por 2 en 2018, llegando hasta los 1.697 millones, frente a los 814 millones presentados en 2015. Y esto lo hace a pesar de una recuperación muy moderada de los ingresos por intereses, para los que prevé una caída del 65 en este año.