Por primera vez el director ejecutivo y el presidente del banco hablan públicamente desde la adquisición
Por primera vez el director ejecutivo y el presidente de Credit Suisse se dirigirán públicamente a los accionistas desde la adquisición de la entidad por parte de UBS. El banco celebra este martes su Junta anual con los inversores exigiendo respuestas sobre la operación.
El presidente, Axel Lehmann, ha reconocido que "realmente lamentaba" el colapso que condujo a la compra. "Puedo entender la amargura, la ira y la conmoción de todos aquellos que están decepcionados, abrumados y afectados por los acontecimientos". "Pido disculpas porque no pudimos detener la pérdida de confianza que se había acumulado a lo largo de los años y por decepcionarlos", ha añadido.
Hay que recordar que ni los accionistas de UBS ni los de Credit Suisse pudieron votar sobre el acuerdo firmado a medidos de marzo, cuando se anunció que UBS había pactado la compra de Credit Suisse por 3.000 millones de francos suizos con el apoyo del Gobierno suizo, que se ha comprometido a ofrecer líneas extraordinarias de liquidez a ambas entidades para cerrar la operación.
Un acuerdo controvertido. De hecho, la Oficina del Fiscal General de Suiza ha abierto una investigación sobre la toma de control de Credit Suisse por parte de UBS. El objetivo es cerciorarse de que se ha respetado la legislación. Según ha destallado, la operación incluye "numerosos aspectos que necesitan ser investigados".
"Los accionistas que no pudieron expresar su opinión durante el proceso de adquisición harán preguntas a la junta, solicitarán responsabilidades y expresarán sus frustraciones a medida que la historia de 167 años del banco llega a su fin", señalan los analistas de Interactive Investor.
Tras el colapso de Silicon Valley Bank, Credit Suisse fue visto como un eslabón débil en el sector bancario europeo después de una serie de escándalos en los últimos años, fuertes salidas de clientes y una caída en el precio de las acciones. Los temores de contagio despertaron temores existenciales sobre el futuro del banco, lo que llevó a las autoridades suizas a negociar rápidamente un acuerdo de adquisición. "Sin embargo, las repercusiones de este acuerdo apresurado están comenzando a materializarse con accionistas, empleados y contribuyentes enojados", añaden los analistas.
De su lado, el vicepresidente del Banco Nacional Suizo, Martin Schlegel, defendía recientemente en una entrevista a la emisora 'SRF' que si Credit Suisse no se hubiera vendido a UBS habría quebrado al siguiente día de negociación, siendo "muy, muy probable que hubiera ocurrido una crisis financiera en Suiza y en todo el mundo". En su opinión, el acuerdo de compra es "la mejor entre las malas soluciones".