Caso Bankia: González (exBdE) reconoce que no se diagnosticó bien Bancaja

Justifica que no le llegaran los correos de Casaus por el alto volumen de trabajo

Elena Lozano
Bolsamania | 23 abr, 2019 12:22 - Actualizado: 18:58
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Sede BankiaBANKIA - Archivo

Pedro González, exdirector del departamento de Inspección IV del Banco de España, que estaba encargado de la supervisión de Bankia en el momento de su salida a bolsa, ha reconocido que el supervisor no realizó en 2010 un diagnóstico correcto de la entidad, que fue responsable un año después de la mayor parte de los activos problemáticos detectados en Bankia por el Banco de España.

De acuerdo con el relato emitido en el juicio por la salida a bolsa de Bankia, a partir del último trimestre de 2011 el equipo de seguimiento de la entidad detectó en su inspección, así como a partir de conversaciones con Francisco Celma, el socio de Deloitte encargado de la auditoría de la entidad, que “cantidades importantes” de activos estaban entrando en mora “y procedían en gran parte de Bancaja”.

“¿Por qué en su momento no se detectó?”, se ha cuestionado González en relación con la inspección que se realizó sobre Bancaja en 2010, para más tarde responderse: “No lo sé, pero hay que reconocer que la diagnosticamos mal”.

González, que ha defendido en todo momento al equipo de seguimiento de Bancaja (“No dudo de los compañeros que estaban allí porque los conozco perfectamente”), ha especulado con que la razón porque la que no se detectaron estos problemas en Bancaja sería una falta de datos. “No tuvimos toda la información o no pudimos”, ha imaginado, aunque ha querido matizar después: “No soy capaz de explicar el pasado”.

Además, ha apuntado que, "probablemente, a Bancaja se le obligó a meterse en un Sistema Institucional de Protección (SIP)", pero no se le concretó que fuera en el liderado por Caja Madrid. "Era una invitación con impulso. Les decíamos: 'Mirad lo que os viene, tenéis que hacerlo [meterse en un SIP]'", ha recordado.

El inspector ha reconocido también que el equipo de seguimiento de Bankia no dijo "formalmente" que la entidad necesitaba más provisiones. "Tenían que dotar más, igual lo teníamos que haber dicho ahí [en los informes de seguimiento]", ha lamentado.

NO RECIBIÓ LOS CORREOS DE CASAUS

A preguntas de las acusaciones particulares, González ha reconocido que su inmediado subordinado, Pedro Comín, no le remitió los correos de José Antonio Casaus en los que el inspector alertaba sobre la inviabilidad de Bankia antes de la salida a bolsa.

A González esto no le parece algo extraño, dado que en aquellos momentos en el Banco de España se trabajaba “en un régimen de semiesclavitud”, con horarios que en ocasiones se ampliaban hasta la noche, razón por la cual escribían los correos electrónicos de forma apresurada, con lenguaje informal e, incluso con tacos. “Teníamos libertad absoluta hasta para decir tacos”, ha añadido.

“¿Cuántos correos recibía yo en esa época? Si le digo el número se asusta”, ha apuntado, y ha explicado que Comín gestionó por él la información contenida en los correos electrónicos. “Lo que no puede hacer es pasarle al director del departamento todo”, ha dicho.

“Un correo es un correo, démosle la importancia que tiene”, ha pedido al abogado que le estaba interrogando González, que ya el lunes tachó de "conjetura" el contenido de los mails de Casaus. Ha explicado que los correos de los inspectores se valoran en su justa medida, pero que no constituyen una opinión formada del equipo de seguimiento. “Es como hacer una escultura, le vamos dando forma [a la opinión]. En ningún informe de seguimiento está lo que dice [Casaus]”, ha apuntado.

Según su relato, el único aspecto que le comunica Casaus como una preocupación fue la estructura de doble banco BFA-Bankia, que el inspector, así como Pedro Bravo, ya comentaron en sede judicial que no les parecía correcta.

"ANSIEDAD" AL VER QUE NO HABÍA AUDITORÍA

Por otra parte, González ha reconocido que fue una "sorpresa" para él ver publicado en prensa que Bankia había formulado sus cuentas del ejercicio 2011 sin contar con la firma del auditor que le provocó "ansiedad". "Ves una noticia de que se habían colgado las cuentas sin informe de auditoría... Da una sensación de '¿Qué ha pasado aquí?'", ha explicado.

A principios de 2012, el inspector ha explicado que ya no existieron muchos contactos entre el Banco de España y Deloitte. "Estábamos todos tan atacados... Ahí ya tuvimos menos conversaciones. La conclusión fue de sorpresa y preocupación, ansiedad...", ha relatado. González ha explicado que hasta enero de 2012 tuvo varias conversaciones con Celma, pero no recuerda si tuvo alguna entre enero y mayo de ese año, cuando se publicaron las cuentas sin auditar de Bankia.

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