Así lo ha declarado el presidente ejecutivo de la compañía
El presidente ejecutivo de Boeing, Dennis Muilenburg, ha admitido este domingo que la compañía cometió un error al implementar un defectuoso sistema de advertencia en la cabina de su modelo 737 MAX y ha lamentado que esto suponga la pérdida de confianza por parte de los clientes en la empresa.
Muilenburg ha reconocido que Boeing no se comunicó "claramente" con los reguladores y clientes, pero ha defendido la estrategia de ingeniería y diseño del software de control de vuelo que se encuentra en el centro de las investigaciones debido a los accidentes registrados.
Asimismo, ha asegurado que los fallos registrados han sido revisados por los reguladores a nivel global. El directivo, que ha sido cuestionado por el diseño del MAX y por la gestión de la crisis al mando de Boeing, ha revelado que la empresa está "viendo que existe cada vez más convergencia entre los reguladores" sobre cuándo debería volver a operar el avión.
Muilenburg espera que el MAX vuelva a volar este año y ha destacado que el 90 por ciento de los clientes ha participado en las sesiones de simulador con su actualizado software MCAS (Sistema de Aumento de las Características de Maniobra, por sus siglas en inglés), en momentos en que la compañía prepara un vuelo de certificación con los reguladores.
Al ser consultado sobre los errores a la hora de detectar los fallos del software MCAS, Muilenburg ha señalado que "efectivamente se pueden hacer mejoras". "Eso lo entendemos. Haremos esas mejoras", ha garantizado.
Los comentarios de Muilenburg, que han tenido en la víspera del Salón Aeronáutico de París, hacen hincapié en los esfuerzos de Boeing por mostrar un tono diferente al expresado los días posteriores al accidente del avión de Lion Air ocurrido en octubre, cuando planteó dudas sobre la capacidad del piloto y el mantenimiento de la aeronave en cuestión.