La junta de supervisión del grupo farmacéutico alemán Bayer creará un comité extraordinario que tendrá por objetivo revisar la estrategia judicial de defensa de cara a los 13.400 juicios que la firma todavía tiene que afrontar en Estados Unidos por el uso del glifosato, según ha informado en un comunicado este miércoles.
El organismo supervisor ha reconocido que las demandas a las que tiene que hacer frente, heredadas de Monsanto tras su adquisición, han tenido un "efecto negativo" y ha sumado "incertidumbre" a la cotización de sus títulos. Por ello, el nuevo comité "vigilará intensamente" todas las decisiones que se tomen y realizará recomendaciones sobre la estrategia a seguir en los litigios.
El comité de la junta de supervisión estará compuesto por ocho miembros, que se repartirán a partes iguales entre los representantes de los trabajadores de los accionistas.
Asimismo, la junta ha decidido contratar al abogado John Beisner para que la asesore en todo lo relacionado con las demandas del glifosato. Beisner forma parte del bufete Skkaden, radicado en Washington (Estados Unidos) y cuenta con experiencia en casos relacionados con las responsabilidades penales de las empresas en relación a los productos que comercializan.
Este mismo mes, el grupo químico alemán anunció que invertiría 5.000 millones de euros en el desarrollo de herbicidas alternativos que no estén basados en glifosato.
Por el momento, Bayer ha recibido tres condenas en Estados Unidos por los potenciales efectos cancerígenos del herbicida RoundUp, un producto basado en glifosato desarrollado y fabricado originalmente por Monsanto. En todas las ocasiones, la empresa ha defendido su producto tras cada sentencia asegurando que no estaba demostrado que fuera cancerígeno.
El grupo alemán adquirió Monsanto en junio de 2018 por un total de 63.000 millones de dólares (55.360 millones de euros). Desde el cierre de la adquisición de la firma estadounidense, la cotización de las acciones de Bayer acumula un retroceso del 42,2% en la Bolsa. La multinacional de Leverkusen decidió suprimir la marca Monsanto tras culminar la mayor compra de sus más de 150 años de historia, aunque mantuvo los nombres de los productos incorporados al catálogo de Bayer.