La entidad financiera presentará este jueves el mayor beneficio de su historia
Bankinter celebró en 2015 sus 50 años de historia al son de 'Resistiré'. Y lo cierto es que la entidad se lo ha tomado al pie de la letra. Sigue su propio camino, ajena a los rumores de movimientos corporativos, y sorteando la crisis con éxito, tanto en sus resultados como en su cotización. Pero el reto continúa vigente, porque el mercado quiere más. Y justo eso es lo que se juega en las cuentas de 2016.
La entidad presidida por Pedro Guerrero y conducida por María Dolores Dancausa presentará sus resultados el jueves, antes de la apertura, tras los fuegos artificiales con los que el mercado ha acogido los de Banco Santander, que han propiciado una sesión de notables ganancias en el sector. A priori, lo que se sabe de los beneficios de Bankinter es que serán los mayores de su historia tras la incorporación de su actividad en Portugal. Pero, como siempre, los inversores estarán pendientes de si bate las previsiones y de los detalles de las cuentas.
En concreto, el consenso de mercado recogido por FactSet espera un beneficio de 474 millones de euros, un 26% más que en 2015. En el acumulado de los tres primeros trimestres de 2016 ya presentó unas ganancias de 400 millones, superiores en un 36% a las del mismo periodo de 2015, explicadas fundamentalmente por el fondo de comercio negativo procedente de la compra del negocio de Barclays en Portugal, completada durante el pasado ejercicio. Sin este extraordinario, el resultado de los nueve primeros meses hubiera sido de 335,5 millones, un 12% más que en 2015.
Bankinter, el menos banco de los bancos por su menor dependencia del margen de intereses, podría presentar sin embargo un incremento del margen de intereses, un bien de lo más preciado en estos tiempos de tipos de interés al 0% y de desapalancamiento de la economía, por el incremento de su actividad crediticia a un ritmo superior al de sus cuotas de mercado. Hasta septiembre, este margen se expandió un 4,4% sin Portugal y un 10% incluyendo el negocio luso.
Otra de las claves para el banco residirá en los recursos gestionados fuera de balance, una de los principales resortes de su negocio por los retornos que genera. En 2015 ya crecieron cerca de un 25%, hasta los 21.000 millones de euros, y a finales de septiembre de 2016 habían aumentado hasta los 22.760 millones, un 13% más que en el mismo periodo de 2015. En los nueve primeros meses de 2016, las comisiones por generación de productos financieros no bancarios subieron un 6%, hasta los 120 millones.
Otro distintivo de la entidad radica en su rentabilidad. En un momento en el que el rendimiento que el sector saca a su capital (ROE) no alcanza lo que cuesta ese capital (COE), Bankinter representa la gran excepción. En septiembre, y sin incluir la aportación lusa, su ROE se situó en el 10,7%. Habrá que vigilar, eso sí, la ratio de eficiencia -qué parte de los ingresos se llevan los costes-, después que durante 2016 haya repuntado hasta el 51,6%, desde el 48,5% de finales de 2015.
LUCHAR CONTRA EL AGOTAMIENTO
Estas referencias serán evaluadas por un mercado ya ha ido premiando estos años que Bankinter haya tenido el acierto de esquivar lo peor del ladrillo y de protegerse ante el deterioro de los márgenes en un contexto de bajos tipos. Varios datos así lo acreditan.
Por un lado, el valor camina en los precios más altos en casi una década. Los 7,67 euros a los que ha cerrado este miércoles le mantienen en zona de máximos de 2007, un comportamiento se sale de la norma imperante en las entidades españolas cotziadas. Y por otro, es el único de los bancos españoles que cotiza claramente por encima de su valor en libros. Actualmente, sus 6.800 millones de euros de valor bursátil equivalen a 1,8 veces su valor tangible, un dato sobresaliente si se tiene en cuenta que, de media, sus compañeros del Ibex cotizan a 0,8 veces su valor en libros.
Pero, precisamente porque las acciones del banco han sido las 'contrarian' del sector, al mercado ya no le vale cualquier cosa. Y eso se refleja en la visión de los analistas.
Actualmente, el consenso de mercado le concede un precio objetivo de 6,86 euros, inferior en un 10% a su cotización actual. Y la misma sensación de agotamiento reflejan las recomendaciones. Sólo un 10% de los analistas aconseja comprar sus títulos, la proporción más reducida desde el verano de 2015 -y muy por debajo del 32% del verano de 2016-, en tanto que las recomendaciones de venta han saltado hasta el 33%, el paso más alto desde finales de 2015.