Banco Popular ha comunicado que tanto su consejo de administración como el de su filial en Portugal han aprobado el proyecto común de escisión parcial de Banco Popular de Portugal.
La operación supondrá que la actividad bancaria de Banco Popular Portugal pasará a integrarse en Banco Popular Español, en tanto que el negocio luso pasará a estar manejado por "una sucursal para el ejercicio de dicha actividad", según un comunicado enviado a la CNMV. Se trata de un paso más en la gran reestructuración en la que se haya inmerso el grupo financiero que presidirá Emilio Saracho en pocas semanas.
Banco Popular Portugal, una vez transformado su tipo societario en una sociedad de arrendamiento financiero, mantendrá la actividad de arrendamiento financiero e inmobiliaria. "La operación está sometida a diversas condiciones suspensivas y autorizaciones administrativas, que se encuentran descritas con detalle en el proyecto de escisión, esperándose que pueda estar concluida en el último trimestre del presente año", matiza la entidad que dirige Pedro Larena.
CERRAR, VENDER Y RECUPERAR LA RENTABILIDAD
A inicio del mes de noviembre, Banco Popular anunciaba que cerraría 47 sucursales en Portugal antes de final de año, un proceso que supondrá la salida de 295 empleados en el país vecino. El Popular ha indicado que esta operación está alineada con la estrategia del banco de obtener una mayor eficiencia, tanto en ingresos como en costes.
Además, la entidad replica la reestructuración llevada a cabo en España mediante la separación de la actividad principal de la inmobiliaria. El Popular ha explicado que el objetivo de esta división pasa por que una parte de la organización esté centrada en la generación del negocio rentable y recurrente; y la otra, en la reducción de activos no productivos y en rentabilizar el negocio inmobiliario corriente.
Esta operación, según el banco, está alineada con la estrategia del banco de obtener una mayor eficiencia, tanto en ingresos como en costes, y replica la reestructuración llevada a cabo por Popular en España, mediante la separación de la actividad principal de la inmobiliaria. "El objetivo de esta división es que una parte de la organización esté centrada en la generación del negocio rentable y recurrente; y la otra, en la reducción de activos no productivos y en la rentabilización del negocio inmobiliario corriente", explica el banco.