Las entidades del Ibex 35 descuentan un escenario aún peor para el sector
La mayoría de veces en las que el mercado muestra su miedo a algo, la banca se lleva la peor parte, y en el caso de la crisis del coronavirus no iba a ser diferente. Los bancos españoles se dejaron el lunes un 10,6% de media, con lo que han perdido en el año casi un tercio de su valor en Bolsa, y algunos cotizan en mínimos históricos a la vista de que asoma la cabeza la tan temida recesión y de que las medidas que tomen los bancos centrales van a complicar aún más su negocio.
“Este entorno es negativo para el negocio y es lo que están recogiendo las cotizaciones, incluido las medidas que el Banco Central Europeo (BCE) pueda adoptar y el miedo a que todo esto se traduzca en recesión”, explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
Los bancos españoles cerraron la sesión del lunes, la cuarta peor de la historia del Ibex 35, con un desplome medio del 10,6%, que fue especialmente fuerte en Sabadell (-15,8%), BBVA (-13,2%) y Santander (-12%), aunque también afectó a Bankinter (-10,4%), Liberbank (-10,3%), Bankia (-9,1%), CaixaBank (-8,4%) y Unicaja (-5,7%). En el caso de tres de ellos, Bankia, Sabadell y Liberbank, las fuertes caídas de los últimos días les han llevado a sus mínimos históricos y el sectorial bancario europeo está en la misma situación.
Este hundimiento de las cotizaciones, que está siendo más fuerte que en otros sectores, esconde el miedo de los inversores ante el escenario que abre la crisis del coronavirus para la banca. Todas las salidas parecen negativas para la banca: si los bancos centrales deciden ahondar en las medidas expansivas, malo, pero si deciden no hacerlo, peor, pues el negocio de las entidades podría resentirse igualmente con la recesión.
“Los bancos se ven penalizados por expectativas de menor crecimiento económico afectando a su negocio (menor demanda crédito, menores operaciones de banca de inversión...), y luego se añaden las medidas de los bancos centrales que también afectan al negocio por los menores tipos de interés y el impacto de un Euríbor a 12 meses, que ha vuelto a ahondar en zona de mínimos históricos”, añade Álvarez, que no olvida el “riesgo de recesión que, si se produjese, supondría para el sector la puntilla con un aumento de la morosidad”.
LA ESPADA DE DAMOCLES
La rápida expansión del virus y su efecto en la economía han empujado a los bancos centrales a ponerse manos a la obra para intentar contener el “efecto coronavirus” y algunos, como la Reserva Federal, han sorprendido al mercado con agresivas medidas.
Así, “los bancos tienen pendiendo sobre su cabeza la espada de Damocles de los bancos centrales. La Reserva Federal de Estados Unidos ha tenido que salir al paso de urgencia (...) y el mercado descuenta ya prácticamente con una certeza del 100% que volverá a hacer lo mismo en la reunión ordinaria de la próxima semana”, explica Aitor Méndez, de IG.
En su opinión, aunque el BCE tiene menos margen de actuación, “no se puede descartar que acabe llevando sus tipos de referencia por debajo del 0%”, algo que daría la puntilla a la banca europea y, especialmente, a la española, que tiene una alta sensibilidad al movimiento de tipos.
“El negocio fundamental de un banco es comprar dinero un precio y venderlo a otro superior, por lo que, si la autoridad monetaria sitúa los tipos en negativo, esto supone un fuerte menoscabo para su rentabilidad”, resume Méndez. Para el analista, “dada la ausencia de precedentes es muy difícil para el mercado calibrar cuál será el impacto real de esta nueva epidemia para la economía”, pero los inversores “comienzan a descontar la posibilidad de una entrada en recesión”.
No obstante, aunque el mercado esté descontando una recesión, desde Renta 4 consideran que aún existe “demasiada incertidumbre” y que será necesaria la revisión de las previsiones de crecimiento económico por parte de las instituciones internacionales, que deberán incluir el “efecto coronavirus”, al tiempo que se anticipa una oleada de profit warnings por parte de las empresas.
En cualquier escenario, las medidas que se pongan en marcha, que afectarán al negocio de los bancos, podrían llevar a las casas de análisis y de rating a revisar sus perspectivas, con lo que el efecto pernicioso para los bancos será peor. Habrá que estar atentos.