Las acciones ligadas al petróleo están sufriendo una fuerte caída en el mercado
La caída del petróleo no parece tener fin, ni siquiera con la escalada de tensión en Oriente Medio y en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Las principales compañías ligadas al crudo se están viendo muy perjudicadas en bolsa.
Este martes, el barril West Texas, de referencia en Estados Unidos, pierde un 2,15% de su valor hasta 35,97 dólares al cierre del mercado de materias primas de Nueva York (Nymex). Por su parte, el Brent, de referencia en Europa, se deja un 1,89% hasta 36,89 dólares.
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En ambos casos, están cerca de mínimos de 11 años después de desplomarse un 60% durante el pasado año y más de un 3% en lo que va de 2016. La ruptura de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudí e Irán, después de la ejecución en Riad de un clérigo iraní, y el ataque por parte de manifestantes a la embajada saudí en Teherán, provocó un repunte puntual del petróleo este lunes, con unas ganancias que pronto se borraron cuando se conoció una estimación de inventarios que apunta a un nuevo incremento de las reservas de las empresas estadounidenses.
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EL EXCESO DE OFERTA CASTIGA A LAS PETROLERAS
La duda sigue en torno al exceso de oferta, que la OPEP estima en dos millones de barriles diarios, y los inversores no ven signos de cambio. Esto ha hundido la cotización de las principales petroleras, como es el caso de Repsol en España. Se trata de uno de los títulos con más peso en el Ibex 35, que se desplomó un 30% en 2015. Este martes cae un 0,88% hasta 9,976 euros.
Repsol se desplomó un 30% en 2015, año en el que ha hecho importantes operaciones corporativas
En Wall Street el petróleo también ha hecho estragos. No en vano, dos de las compañías que más pesan en el Dow Jones basan su negocio en la extracción, refinamiento y distribución de crudo. Una de ellas es Exxon Mobil, que en su día era la cotizada más grande del mundo por valor de capitalización hasta que fue superada por Apple. En este caso, el retroceso es del 15,8% en los últimos 12 meses. En la jornada avanza un 0,85%.
El otro gran valor norteamericano de la industria petrolera es Chevron, cuya caída en bolsa asciende al 20% en el último año. Este martes sube un 0,86%.
Volviendo a Europa, hay que destacar a la británica British Petroleum (BP) y a la anglo-holandesa Royal Dutch Shell. Ambas cotizan en Londres, donde se han dejado un 14% y un 30% respectivamente. Al cierre de este martes, BP retrocede un 0,20% y Shell se anota un 0,93%.
AJUSTES Y COMPRAS
Las petroleras han movido ficha y, durante el pasado año, realizaron importantes movimientos corporativos. Uno de ellos fue la compra de BG Group por parte de Royal Dutch Shell, una macrooperación de 70.000 millones de dólares. En diciembre la propia Shell anunció el despido de 2.800 empleos como ajuste, que se unen a los 6.500 puestos de trabajo recortados a principios de 2015.
Repsol también ha llevado a cabo una importante compra. La empresa española adquirió Talisman Energy por 10.400 millones de euros. La adquisición de la firma canadiense implica “cambiar Latinoamérica por la OCDE”, explica Ángel Bautista, director de Relaciones con Inversores de Repsol, en relación a la operación de Talismán y la salida definitiva de Argentina meses atrás con la venta de sus últimos activos en YPF. La petrolera española también ha decidido ajustar su plantilla, con el despido de 1.500 trabajadores, la mitad en España.
PROBLEMAS CON LA INVERSIÓN
Los bajos precios del petróleo están provocando una caída de la inversión en el sector, tanto por parte de gobiernos como de empresas petroleras. Finalmente, esto puede terminar provocando una escasez de oferta de crudo a medio plazo, según estiman los analistas.
The Wall Street Journal señala que el exceso de oferta actual, debido a una menor demanda por parte de China y a la elevada producción de la OPEP para luchar contra los productores de petróleo de Estados Unidos, podría provocar a medio plazo el efecto contrario. Menor oferta de crudo y un rápido aumento de los precios.
El rotativo afirma que la fuerte caída del crudo registrada en los últimos dos años podría estar anticipando el inicio de un nuevo ciclo alcista en el precio, algo que ya ha ocurrido en otras materias primas como el cobre.
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