Considera "pálpitos" y "charletas" las opiniones que incluyó Casaus en sus correos
Reconoce que el supervisor fomentó la integración de Bancaja en el sip
Javier Aríztegui, exgobernador del Banco de España, ha defendido que Bankia “tenía futuro” como entidad antes de su salida a bolsa, en julio de 2011, contradiciendo así la versión de los inspectores de cabecera de la entidad, como José Antonio Casaus, que explicaron que el grupo no era viable antes de su debut bursátil.
“Era un banco importante, tenía negocio en toda España, pero tenía futuro”, ha señalado Aríztegui en referencia a la salida a bolsa de Bankia durante su declaración como testigo en el juicio por esta operación. “Eran cajas de ahorro [las que conformaban el sip] que habían sido enormemente rentables durante años de historia. Bancaja no tenía tanta historia, pero había tenido años brillantes”, ha añadido.
En su opinión, los 10 millones de clientes del grupo, su negocio “bien llevado” y el ajuste de oficinas y empleados “les permitiría haber pasado a dar beneficios recurrentes, sensatos y ser una institución con futuro”.
Preguntado concretamente sobre si los correos electrónicos que Casaus envió a sus superiores alertando sobre la inviabilidad de Bankia llegaron a la comisión ejecutiva del Banco de España, Aríztegui ha respondido que a este órgano "se llega con propuestas, con informes y con procedimientos reglados, no con charletas". "Pálpitos hay millones a lo largo del día", ha añadido.
Aríztegui ha defendido que el Banco de España es un "sistema organizado y jerarquizado" en el que hay "mil papelitos y barruntos entre una gente que tiende a escribir muchísimo". Según ha dicho, a la comisión ejecutiva no llegan todas las preocupaciones de la supervisión, sino solamente las que presentan los directores generales.
"No nos dedicamos a discutir opiniones, barruntos, sentimientos de un empleado, de otro... el Banco de España está lleno de economistas, contables... este país cada vez es más tertuliano, todo el mundo opina". "La supervisión bancaria es una cosa seria. Se está discutiendo que si una cosa de estas sale fuera puede desestabilizar una nación. No se puede funcionar de esas formas", ha concluido.
Por otra parte, Aríztegui ha defendido que la estructura de doble banco BFA-Bankia, que los inspectores criticaron, no solamente tenía inconvenientes, sino también ventajas, como que la estructura permitiría al supervisor “poder tomar el control del banco matriz sin afectar la negocio normal”: “Nos sonaba bien”.
FOMENTÓ LA INTEGRACIÓN DE BANCAJA
Aríztegui también ha reconocido que fue el Banco de España el que fomentó la integración de Bancaja en Bankia en vista de que la estructura de la primera “podría estar en peligro” si la crisis se agudizaba, una versión que coincide con la vertida por el exdirector general de Supervisión del Banco de España Jerónimo Martínez Tello en su declaración como testigo de la pasada semana.
Tras el intento frustrado de Miguel Blesa de fusionar Caja Madrid con Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Caixagalicia debido a la “batalla” por la presidencia de la entidad, Rodrigo Rato quiso fusionar cinco cajas de ahorro, entre ellas Caja Madrid, para constituir un Sistema Institucional de Protección (SIP) y pedir “apoyo” al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
“Le dije que con esas cajas no alcanzaba el baremo que decía que la unión tenía que ser superior en, al menos, un 25% a la entidad mayor”, ha relatado, para después añadir: “Rato quería atravesar el desierto con apoyo de capital del FROB”.
Es por eso que en el Banco de España pensaron que Bancaja era el candidato idóneo para completar el negocio que le faltaba a Caja Madrid y las cinco cajas para poder formar un sip. La entidad presidida por José Luis Olivas quería continuar en solitario y llegó a negarse, al menos en dos ocasiones, a integrarse en un sip.
“Veíamos que era una entidad que probablemnte iba a necesitar apoyo [público] por la estructura que tenía. Siguieron insistiendo en que querían seguir solos y les dijimos que, con los supuestos que teníamos en la cabeza, se lo pensaran seriamente”, ha relatado Aríztegui.
Los gestores de Bancaja continuaban negándose a fusionarse con otras entidades (“seguían encerrados [en la idea], para nosotros de una manera extraña porque nos parecía candidato a buscar apoyo público”). En ese momento, el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, llamó a Olivas para contarle que el departamento de Supervisión del Banco de España ve “problemático” que continúe en solitario.
Olivas aceptó integrar Bancaja en un sip y concretamente, a petición del supervisor, en el liderado por Caja Madrid. “El gobernador llamó a Rato y ellos se pusieron de acuerdo sobre la bases que le parecieron adecuadas”, ha añadido.
Para Aríztegui, el problema no era que Bancaja no fuera solvente, que lo era, sino que debía tener recursos propios de sobra para afrontar una crisis que podía alargarse años. “Le dijimos: 'Tienes una estructura que, si la crisis se sigue agudizando, puede estar en peligro'”, ha explicado.