Los expertos de Morningstar creen que su potencial alcista ronda el 65%
Solamente en el último mes, los títulos de Nike se han depreciado más de un 20% después de que la firma de ropa deportiva estadounidense defraudara con sus expectativas de ventas y ante la pérdida de cuota de mercado a manos de rivales como New Balance o Hoka.
“La compañía viene sufriendo un deterioro de ingresos como resultado de las condiciones macroeconómicas y de sus propios problemas”, indican los analistas de Morningstar, quienes agregan que "el grupo se está quedando atrás frente a algunos competidores”.
No obstante, estos expertos ven la debilidad actual del precio de sus acciones como una oportunidad para los inversores de largo plazo.
Así, creen que la empresa se terminará beneficiando en los próximos años de sus iniciativas de marketing y del crecimiento del mercado global.
De hecho, estiman que sus títulos cuentan con un potencial alcista cercano al 65% tras fijar en los 124 dólares (rebajados de los 129 previos) su precio objetivo.
Una valoración que establecen después de que las ganancias por acción del grupo sí batieran sus previsiones (0,99 dólares, frente a los 0,88 que anticipaban) y que su margen ebit del 13,3% también fuera superior al esperado.
En cuanto a las ventas, capítulo en el que la compañía más decepcionó en sus últimos resultados, estos expertos han reducido su pronóstico hasta vaticinar una caída del 5% en el ejercicio fiscal 2025, lo que les ha llevado a rebajar también sus previsiones de beneficio para ese año.
Con todo, apuntan, “la relación precio / beneficio continúa siendo más que atractiva a tenor de la cotización actual”, exponen.
Un optimismo que refuerzan con unos pronósticos de ventas más favorables a largo plazo y ante la esperanza de que la compañía incremente sus márgenes brutos mediante mayores eficiencias de producción y distribución, su cambio hacia las ventas digitales, cambios en la combinación de productos y aumento de precios”.
Los citados estrategas asignan a Nike un “amplio foso económico” basado en su activo intangible de marca. “Es la marca de ropa y calzado deportivo más grande del mundo, con más de 50.000 millones de dólares en ingresos anuales”, resaltan.
Igualmente, subrayan que los rendimientos ajustados del grupo sobre el capital invertido, incluido el fondo de comercio, han promediado un 35% durante los últimos cinco años fiscales.
Otro catalizador con el que cuenta Nike, en opinión de Morningstar, es su “excelente situación financiera para afrontar los numerosos desafíos de la industria de la confección, incluidos los elevados inventarios, unos costes más altos, un dólar fuerte y el impacto de la inflación en el gasto de los consumidores”.
Así, recuerdan, al final del año fiscal 2024, los 11.600 millones de dólares en efectivo e inversiones a corto plazo de la empresa excedieron su deuda de 8.900 millones. Igualmente, explican que la multinacional tenía líneas de crédito a corto plazo no utilizadas por valor de 3.000 millones de dólares y una línea de papel comercial separada también de 3.000 millones”.
“Con sus actuales calificaciones crediticias, la compañía podría fácilmente aumentar la deuda para recomprar acciones o para acometer adquisiciones que mejoren su tecnología”, apuntan.
Pese a este escenario en principio prometedor, Morningstar reconoce que Nike también se enfrenta a problemas, como los derivados de la cadena de suministro o del exceso de inventarios. Sin embargo, destaca que la empresa está avanzando en dar solución a estos obstáculos.
Igualmente, desde la firma admiten que si bien Nike es líder en muchas categorías y mercados, algunos competidores han tenido éxito en líneas como zapatillas para correr innovadoras (On, Hoka One) y en productos especializados de moda (Lululemon Athletica).
Así, consideran que la empresa está bajo una presión constante para lanzar nuevos productos que calen entre los consumidores y puede perder sus proyecciones de ventas si no lo hace.
Y tras detallar estos riesgos, los citados economistas insisten en que Nike, a los precios actuales, es una “gran oportunidad”.
Una aseveración que también fundamentan en las previsiones de crecimiento en Asia, en sus esfuerzos de reestructuración, en su estrategia ‘Triple Doble’ (mayor innovación, ventas directas al consumidor y velocidad) y en unas estimaciones de márgenes al alza a medio plazo.