El año pasado anunció otro 'profit warning' y acabo revalorizándose un 85%
Apple ha lanzado este lunes un 'profit warning', recorte de previsiones, sobre sus resultados del segundo trimestre del año. El impacto del coronavirus en la producción de sus productos estrella no va a pasar desapercibido y aunque no detallan cuanto de grave será el daño ya han comunicado que no se alcanzarán los 63.000 millones de dólares esperados.
La noticia no ha tenido una buena acogida en el mercado y sus acciones han cerrado el martes con una caída del 1,83%. Hay que tener en cuenta que en las operaciones previas a la apertura del mercado ha llegado a dejarse algo más de un 5%.
No es la primera vez que el gigante presenta un 'profit warning' sobre sus resultados. Ya lo hizo en enero de 2019 y también con China como escenario protagonista. Entonces alegaron que la causa del recorte en sus cuentas era la desaceleración económica en el país asiático.
Al contrario de lo que ocurre hoy, el año pasado si se atrevieron a ponerle cifras al daño y estimaron que sus beneficios iban a ser de 84.000 millones de dólares frente al rango comprendido entre 89.000 y 93.000 millones de dólares que establecía el consenso.
Hay quien apunta a que la noticia de hoy no ha sido una sorpresa. Goldman Sachs informó la semana pasada que el impacto del coronavirus va a provocar una oleada de 'profit warnings' tanto en Europa como Estados Unidos, por lo que todo apunta a que el de Apple es el primer de muchos.
Apple tiene que mucho que agradecer a esta previsión, la caída del 1,83% que han experimentado sus títulos se queda pequeña si se tiene en cuenta que ante esta misma situación el año pasado cayeron más de un 9%. A pesar de que a corto plazo no puede evitar el castigo de los inversores, a largo plazo la situación cambia. La compañía dirigida por Tim Cook cerró 2019 con una revalorización en bolsa cerca al 85%. De hecho, ha sido su mejor año en bolsa de la última década.
Para que pueda recuperarse es necesario que vuelva la normalidad en China. El problema recae en que las fábricas de sus principales proveedores en el país asiático no han vuelto al trabajo desde el Año Nuevo Lunar como medida de prevención contra el virus. Esto está provocando un problema real en las existencias de sus productos estrella, como los iPhone y los airPods.
"Realmente tenemos que esperar y ver cómo se desarrollan las cosas. Si los ensambladores no pueden obtener suficiente suministro de piezas en dos semanas, será un gran problema", aseguraron la semana pasada fuentes de Apple consultadas por Nikkei refiriéndose a sus auriculares.
En el caso de los iPhone, algunos analistas estiman que los envíos podrían caer un 10% este año y causar escasez en los 'smartphone', especialmente el nuevo iPhone 11.
A pesar de lo dramática que puede parecer la situación, los analistas que siguen a Apple en FactSet son bastante optimistas y el 59% aconseja tomar posiciones. Únicamente James Cordwell, analista de Atlantic Equities, asegura que es buen momento para vender sus títulos. Cordwell va más allá y afirma que el impacto del coronavirus se dejará notar más a largo plazo que a corto. "Los problemas resultantes del COVID-19 son claramente de naturaleza transitoria, pero significativamente sirven como un recordatorio de los riesgos inherentes en el negocio dominado por el hardware de Apple", afirma el experto.