Debe llegar a un acuerdo con sus acreedores antes de que concluya el 14 de julio
Abengoa negocia a contrarreloj un acuerdo que le salve del concurso de acreedores. Debe lograrlo con rapidez dado que fue la misma compañía la que se marcó como fecha tope el 14 de julio. Si ese día no consigue un pacto con banca, bonistas y acreedores comerciales, se abrirá la puerta del concurso.
De esta forma, la empresa sevillana ve por delante sólo dos jornadas bursátiles en las que se decidirá el futuro de una compañía que hace cinco años logró salvarse de la quiebra, precisamente, tras llegar a un acuerdo que le supuso a los bancos una millonaria quita.
PROPUESTAS
En las últimas jornadas, las negociaciones se han acelerado, según indican fuentes conocedoras, pero sin llegar a un acuerdo en cuanto a la quita, ya que el planteamiento de la empresa pasaba por proponer que esta alcance hasta el 90%.
Hay que tener en cuenta que en esta partida juegan casi todas las grandes entidades financieras españolas, como BBVA, Caixabank, Santander, Bankia y Bankinter. Al cierre de 2019, según datos de la compañía sin auditar, el pasivo financiero bruto de Abengoa alcanzaba los 5.948 millones de euros y, de ellos, 4.000 millones con vencimiento a corto plazo.
A sus acreedores comerciales, a los que debe más de 1.200 millones, les ha propuesto quedarse con parte de lo que la compañía pueda ingresar con los arbitrajes internacionales que tiene pendientes de resolución. Entre ellos, el que mantiene en la Corte de Estocolmo contra España por el ‘hachazo’ a la retribución de las renovables de 2012 y que valora en 1.000 millones de euros.
Además, Abengoa ha instado al Estado a salir al rescate, mediante una nueva línea de liquidez de 250 millones de euros a cinco años, a través del ICO; así como líneas de avales ‘revolving’ por 300 millones que gestionaría a través de Cesce. También, según 'El Confidencial', ha solicitado el apoyo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), vía inyección de fondos.