La FP es cada vez más defendida como la opción educativa que mejor se adapta a las necesidades del mercado laboral
Cuanto más, mejor. Esa era la idea que la sociedad española tenía hasta hace poco al valorar las distintas opciones educativas que los jóvenes podían tomar. Era (e incluso sigue siendo) habitual ver la formación profesional (FP) como la alternativa para aquellos que no tienen capacidad para hacer una carrera universitaria, como algo sin prestigio. La realidad, sin embargo, desmiente estos prejuicios.
Ha vuelto a quedar de relieve entre los días 20 y 24 de noviembre, en los que ha tenido lugar la Semana Europea de la FP. Distintas voces han vuelto a defender su papel en la educación por su "elevada adaptabilidad a las necesidades del mercado laboral", como declaró la comisaria de Empleo de la Unión Europea (UE), Marianne Thyssen.
"El mito de que la FP es el vecino pobre de la universidad es falso". Así defendió Thyssen la importancia que, en su opinión, debe tener esta vía educativa en el bloque comunitario. Además, el 20 de noviembre los ministros de Educación de los países que forman la UE coincidieron, entre otras cosas, en la necesidad de promover la Formación Profesional. Por ejemplo, el ministro de Educación español, Íñigo Méndez de Vigo, afirmó que se debería hacer "atractiva, innovadora especialmente en la economía digital y valorarla socialmente" para “atraer a sus itinerarios a quienes, estando fuera del sistema educativo, quieren continuar su formación o recualificarse para adaptarse al mercado laboral".
En cambio, esa buena reputación entre la sociedad apenas existía hasta ahora. Hubo una época en la que las familias querían que sus hijos optaran por lo que consideraban "lo máximo", es decir, "el acceso al ámbito universitario", tal y como explica Ignacio de Benito, senior project manager de la Fundación Bertelsmann y parte de su proyecto para desarrollar en España la FP dual. "Por lo tanto, se dejó de lado la Formación Profesional, a diferencia de lo que ocurrió en otros muchos países del ámbito europeo donde estaba mucho mejor valorada", añade en una entrevista a 'Bolsamanía'.
"Nadie te dice que fuera del 'mundo Universidad' hay formaciones profesionales. Nadie te dice que están ahí"
NO SE FOMENTABA
Esta idea también se suele ver reflejada en los centros de educación secundaria. "Nadie te dice que fuera del 'mundo Universidad' hay formaciones profesionales. Nadie te dice que están ahí". Esa es la opinión de Eva, una chica de 23 años de Madrid que comenzó a estudiar el Grado de Comunicación Audiovisual, pero en el segundo año de carrera lo dejó y decidió hacer una FP de Grado Superior de iluminación, captación y tratamiento de la imagen.
Actualmente está cursando Dirección de Fotografía y se lamenta de que nadie le explicara en el instituto que tenía la posibilidad de estudiar cine. "Más bien era: 'tienes que hacer tu carrera'. Y eso es una desgracia realmente, porque no se fomentan otras vías de conocimiento", opina.
En la misma línea se expresa Beatriz, de 26 años y de Alcobendas (Madrid), aunque su caso es casi al contrario: al acabar bachillerato estudió directamente una FP de Grado Superior, con la que obtuvo el título de técnico superior de imagen, y posteriormente empezó a estudiar la carrera de Periodismo. Llegó a la formación profesional "por pura casualidad". Es más, piensa que es una opción que solo se comenta a aquellos alumnos "que presentan bajo rendimiento" y que aún "hay un estigma sobre este tipo de educación".
Por esta situación, Ignacio de Benito cree que es "fundamental" que los orientadores, sobre todo en edades tempranas, puedan ofrecer información a los jóvenes basada en la "diversidad educativa" por la que estos van a poder optar. "Y dentro de esa diversidad hay que poner un énfasis importante en la formación profesional", asegura el experto.
AUMENTO DEL ALUMNADO
A pesar de este 'desprestigio' de las formaciones profesionales, el número de alumnos que optan por esta vía en España ha aumentado un 22,6% en los últimos seis cursos, según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Así, mientras en el curso 2012-13 hubo 661.047 personas haciendo una formación profesional, este curso 2017-18, según las previsiones del Ministerio dirigido por Méndez de Vigo, alcanza los 810.621 alumnos.
Eso sí, en estos años las formaciones profesionales han vivido ciertos cambios. Por un lado, hay dos tipos de FP, aunque pueden cursarse indistintamente de forma presencial o a distancia: FP de Grado Superior y FP de Grado Medio. Al primero de ellos se puede acceder una vez finalizado bachillerato, mientras para el otro se requiere haber superado la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Respecto los casos de FP de Grado Superior, algunas comunidades autónomas, como Madrid, Cataluña o Aragón (ya que la Educación es una competencia cedida a las autonomías), les pusieron una tasa de matrícula a partir del curso 2013-14. La medida fue muy criticada entonces desde distintos sectores, aunque el precio de acceso sigue siendo inferior al de un grado universitario.
Por otro lado, además, se introdujo en el curso 2014-15 la FP Básica como parte de la implantación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Esta solo se puede hacer de manera presencial, y requiere tener quince años o cumplirlos el año que se curse, o no tener diecisiete al inicio o durante el curso. También es necesario haber pasado mínimo el primer ciclo de la ESO, es decir, los dos primeros cursos.
FP TRADICIONAL Y FP DUAL
Estos tres tipos de formación profesional (Básica, de Grado Medio y de Grado Superior) se hacen, en la mayoría de los casos, en su fórmula tradicional. Así, en los dos años que duran, tanto la teoría como la práctica se cursan en el centro educativo y solo los dos o tres últimos meses se realizan prácticas profesionales externas.
En cambio, el primer Gobierno de Mariano Rajoy aprobó el Real Decreto 1529/2012, con el que comenzó a "establecer las bases para la implantación progresiva de la formación profesional dual en España", tal y como recoge la normativa. Este modelo de FP se caracteriza por la combinación que hace de los procesos de enseñanza en la empresa y en el centro de formación.
De Benito, que forma parte del proyecto FP dual de la Fundación Bertelsmann, explica que en este tipo de formaciones profesionales se alterna la teoría y la práctica en el centro educativo y en la empresa. Así, mientras en la FP tradicional se da todo en el centro educativo, "en la dual, al menos el 33% de las horas del ciclo se van a tener que cursar en la empresa", por lo que tanto la empresa como el centro de enseñanza asumen la "labor formativa" de los alumnos, indica.Y añade que en la FP dual, "el alumno no va a la empresa a hacer unas prácticas, el alumno va a la empresa a continuar aprendiendo".
En la FP dual, "el alumno va a la empresa a continuar aprendiendo"
De esta manera, en España conviven actualmente la FP tradicional y la FP dual, aunque el senior project manager de la Fundación indica que no en todas las comunidades se ha implantado la FP Básica dual. Eso sí, el número de alumnos que hacen formaciones profesionales con el nuevo modelo se ha ido incrementando desde que se introdujo hace cinco años. Así, Ignacio de Benito explica que aún no hay cifras de este curso 2017-2018, pero el pasado "ya había aproximadamente unos 24.000 alumnos cursando formación profesional dual", es decir, alrededor del 3% del alumnado total de FP.
¿QUÉ APORTA UNA FP?
El experto de la Fundación Bertelsmann destaca la "diversidad" de formaciones profesionales que existen en España. "Estamos hablando de más de 150 ciclos, lo cual aporta una especialización en el campo que se opte por cursar", defiende.
Por su parte, tanto Beatriz como Eva destacan que las FP que ellas cursaron les aportaron, sobre todo, práctica. "Yo creo que una FP te enseña una profesión, y te la enseña mucho mejor", afirma esta última. "Te dota de más habilidades prácticas que teóricas, según mi experiencia", coincide la primera.
También De Benito ve como un punto a favor de las FP su "relación más directa con el ámbito empresarial" con respecto otras opciones educativas. Por eso, asegura que "los estudios de Formación Profesional vienen siendo cada vez más valorados tanto por el ámbito empresarial como por el ámbito estudiantil y por la sociedad en general".
LA TASA DE PARO BAJA
Eso sí, el senior project manager de la Fundación no se atreve a afirmar, como sí hacen otras voces, que la FP se adapta mejor a las necesidades del mercado laboral que otro tipo de vías educativas. Matiza que va dirigida a crear "perfiles técnicos", mientras, por ejemplo, las carreras universitarias van dirigidas a "perfiles más gerenciales y directivos".
"Lo que sí está demostrado, y en el resto de países lo tienen claro desde hace muchísimos años, es que se requiere mucho más personal técnico que personal de niveles superiores. Porque a escala productiva, se requiere más nivel técnico y operario que niveles directivos", asegura Ignacio de Benito.
Si se miran los datos de las últimas Encuestas de Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), se comprueba que la tasa de paro entre aquellas personas con estudios de FP en el tercer trimestre de este año era de un 16,8%, lo que implica un descenso de más de siete puntos porcentuales desde el mismo periodo de 2014 (entonces la tasa de parados con esta formación era del 24,15%).
Es cierto, en cambio, que la tasa de parados entre aquellas personas que tienen una educación superior es más baja (en el tercer trimestre de 2017 era del 9,77%). Pero los datos del INE también muestran un descenso más fuerte entre los parados con estudios de FP: mientras su tasa se ha reducido en más de diez puntos porcentuales desde principios de 2014 (cuando era del 26,98%), la de aquellos con estudios superiores ha bajado seis puntos porcentuales (era del 15,77% hace tres años y medio.
¿QUÉ PUEDE MEJORAR LA FP?
Con esta radiografía, se puede afirmar que las formaciones profesionales están cogiendo fuerza en España, un país donde, según afirma Ignacio de Benito, la tasa universitaria ha sido tradicionalmente "elevada".
Aun así, para el experto todavía existen "dos vertientes" en las que trabajar. Por un lado, opina que se debería buscar "una mayor amplitud de ciclos", es decir, aumentar el número de formaciones profesionales, ya que "hay sectores todavía que no están siendo cubiertos por especialidades y que el propio mercado los viene demandando".
Por otro lado, cree que las FP deben tener una mayor posibilidad de actualización: "El mercado, en todos los sentidos, viene actualizándose a un ritmo enorme y, por lo tanto, el ámbito educativo tiene que ser capaz de modificar los contenidos de los currículums de manera más ágil".
De esta forma, aunque en el caso concreto de la FP dual piensa que "ya no es cuestión de una moda pasajera, sino que ha venido para quedarse", sí existe todavía, en las formaciones profesionales en general, "mucho margen de mejora". Así son los mitos. Que cuesta derribarlos. Aunque sean falsos.