Bruselas espera que las conversaciones continúen la próxima semana
La Unión Europea (UE) insiste en que sigue trabajando para lograr un acuerdo sobre el Brexit con Reino Unido y espera que las negociaciones continúen la próxima semana después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, haya descartado seguir negociando un tratado comercial que regule las relaciones entre los Veintisiete y Reino Unido a partir del 1 de enero.
El equipo negociador del bloque no ha interpretado las declaraciones de Johnson como una indicación de que estaban abandonando las conversaciones, según ha informado a Bloomberg un funcionario cercano.
De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, reaccionaba con este mensaje en su cuenta personal de Twitter: "La UE sigue trabajando para llegar a un acuerdo pero no a cualquier precio. Como estaba previsto, nuestro equipo de negociación viajará a Londres la semana que viene para intensificar estas negociaciones". Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho que "ni la UE ni Reino Unido quieren un acuerdo a cualquier precio", pero que por ella y por la UE, "las negociaciones deberían continuar". "Si fallamos en conseguir un acuerdo debemos planear otras alternativas", ha añadido.
🇪🇺-🇬🇧 talks: the EU continues to work for a deal, but not at any price.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) October 16, 2020
As planned, our negotiation team will go to London next week to intensify these negotiations.
La Unión Europea ya manifestó el jueves su intención de intensificar las negociaciones con el Reino Unido, con el objetivo de lograr un acuerdo en torno a finales de octubre. "Lo que he propuesto al equipo británico es negociar intensivamente en el poco tiempo que nos queda para lograr, en torno a finales del mes de octubre, el acuerdo que deseamos, no a cualquier precio, pero el acuerdo que deseamos y que los dirigentes europeos desean", declaró el negociador comunitario, Michel Barnier, en una rueda de prensa durante la cumbre europea que se celebra en Bruselas.
En esa cita, los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete abordaron el estado de las conversaciones sobre la relación entre Londres y Bruselas tras el Brexit, un diálogo en el que las posturas siguen separadas en ámbitos fundamentales, a pesar de que el próximo 1 de enero la legislación comunitaria dejará de aplicarse en el territorio británico y el Reino Unido será, de manera definitiva, un país tercero.
Sin embargo, el acuerdo debe cerrarse mucho antes de fin de año, en las próximas semanas, para que entre noviembre y diciembre se lleve a cabo la ratificación parlamentaria del convenio en el Reino Unido y la Unión Europea, de forma que el pacto pueda entrar en vigor el 1 de enero, cuando habrá concluido la transición del Brexit.
Barnier insistió en que el club comunitario seguirá disponible "hasta el último día útil" para dar a las negociaciones "todas las opciones de tener éxito". "Diré mañana (al negociador británico) David Frost que estamos preparados para ponernos a trabajar de manera intensiva, acelerada, en los próximos días, a partir del lunes, para las dos o tres semanas que nos quedan por delante", recalcó Barnier.
En la cumbre, los mandatarios aprobaron unas conclusiones en las que pedían hacer "los movimientos necesarios" a Londres para "hacer posible" un acuerdo. Sin embargo, también instaron a los Estados miembros, las instituciones de la UE y las empresas a prepararse para la posibilidad de que no haya un pacto, si bien reafirmaron su interés por tener "una asociación lo más cercana posible con el Reino Unido".
El "premier" británico llegó a fijar el 15 de octubre como la fecha límite para lograr el acuerdo y hoy admitió que, a menos que haya un cambio "fundamental" en la posición de la Unión Europea, el Reino Unido se encamina a una desconexión del bloque sin acuerdo. En una declaración televisada, el jefe del Gobierno se refirió a "una solución australiana" con el grupo comunitario, lo que significa que no se cerraría un pacto y las relaciones pasarían a regirse por las normas generales de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las posturas de Londres y Bruselas siguen alejadas en ámbitos fundamentales para el éxito de las conversaciones, como las garantías para asegurar una competencia justa entre empresas británicas y comunitarias, la pesca o la gobernanza del futuro convenio.