Los expertos recomiendan gestionar las carteras con atención y cuidado
La inflación, el endurecimiento monetario llevado a cabo por los bancos centrales y la crisis bancaria han puesto de manifiesto que el entorno de inversión sigue siendo muy complicado y debe sortearse con precaución. Además, los riesgos geopolíticos siguen estando presentes, por lo que la volatilidad a corto plazo en la renta fija y variable puede seguir siendo una constante.
Ante este escenario marcado por los cambios estructurales de la economía y los mercados, los analistas de Deutsche Bank consideran que es más necesario que nunca gestionar las carteras con gran atención y cuidado.
"Los mercados financieros podrían mantenerse cautos. Incluso suponiendo que el ciclo de los tipos de interés pueda gestionarse, el potencial de unos rendimientos más altos mantendrá en el foco de atención los bonos corporativos de más riesgo, si bien no prevemos una ampliación significativa de los diferenciales", explica Christian Nolting, Global CIO de la firma germana.
El experto también cree que es probable que las ganancias de la renta variable sean moderadas en los próximos 12 meses, frenadas tanto por las alzas de los tipos de interés como por la probabilidad de que las expectativas de beneficios empresariales caigan más.
"Como sin duda saben los inversores, ahora hay muchas alternativas a la renta variable como clase de activo", añade.
En este sentido, advierte que hay que tener cuidado con que las tendencias inmediatas del mercado nos distraigan de las transformaciones estructurales a gran escala.
"Un hilo conductor de los cambios estructurales del mercado y la economía son las inversiones ESG. Esto seguirá incidiendo en las prácticas y riesgos de inversión inmediatos y futuros, y no puede ignorarse, sean cuales sean nuestras prioridades individuales", afirma Nolting.
Por ello, desde Deutsche Bank destacan tres grandes temas de inversión a largo plazo que pueden empezar a ser relevantes mucho antes de lo que se cree.
1. Transición de recursos
En primer lugar, los analistas de la entidad alemana hacen referencia a la transición de recursos, es decir, aquellas inversiones que abarcan cómo gestionar y conservar nuestros recursos mundiales de forma adecuada.
Esta temática está compuesta por los recursos terrestres, la transición energética y la economía azul.
Los recursos terrestres se centran en reducir el consumo y fomentar la conservación y el reciclaje a través de soluciones tanto tecnológicas como basadas en la naturaleza.
"El cambio climático –con unos impactos impredecibles sobre los recursos naturales terrestres, minerales, acuáticos, vegetales y animales– está alentando iniciativas de sostenibilidad y una mayor concienciación de los problemas relativos al crecimiento económico y la urbanización", subrayan desde Deutsche Bank.
En el caso de la transición energética opinan que deben realizarse algunos cambios radicales en la producción, distribución y consumo de energía para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas de CO2.
"El tema también considera la potenciación de las tecnologías existentes de energías renovables (solar, eólica) y las posibles nuevas fuentes de energía (como el hidrógeno verde). Las políticas públicas se orientan especialmente a este tema por motivos de seguridad energética y preocupaciones medioambientales", sostienen.
Con respecto a la economía azul, exponen que los océanos son un recurso natural importante, tanto en términos de producción económica como de protección medioambiental, ya que absorben en torno al 30% de las emisiones totales mundiales de carbono.
No obstante, "sostener los ecosistemas marinos exigirá la transformación de las cadenas de valor actuales del sector marítimo", admiten.
2. Apoyo a la población
La segunda temática está relacionada con cómo sustentar la población mundial y comprende la infraestructura, la sanidad y MedTech y los millennials y la generación Z.
En infraestructuras se requieren grandes inversiones en áreas tradicionales como redes eléctricas, torres eléctricas, redes de fibra óptica, conductos y almacenamiento de gas, autopistas, puertos, puentes y aeropuertos.
Asimismo, los programas de apoyo públicos cada vez cubren más las infraestructuras sociales y de información. "La descarbonización y otras medidas ambientales son motores del cambio, así como la digitalización", espetan desde Deutsche Bank.
En el área sanitaria, por su parte, se están combinando muchos factores para impulsar cambios rápidos en el sector y los crecientes costes sanitarios y las presiones fiscales presentan retos importantes
"Las oportunidades tecnológicas (en telemedicina y monitorización remota) y los avances científicos (en biotecnología o genómica) están afectando a lo que puede hacer la medicina y en cómo se implementará", proclaman los analistas.
Otro de los focos de atención de los inversores a largo plazo debe ser los millennials y la generación Z. Estos dos grupos demográficos priorizan en general el acceso fácil a bienes y servicios, más que la propiedad.
También son más propensos a esperar que las empresas aporten beneficios medioambientales y sociales. "Su creciente poder político afectará las políticas económicas, en las que un foco de atención será la desigualdad de riqueza entre generaciones", prevén desde Deutsche Bank.
3. Tecnología de nueva generación
La tecnología es otra temática que sigue teniendo una gran relevancia, independientemente de los vaivenes de las cotizaciones del sector. Dentro de ella, en la entidad alemana remarcan la importancia de la inteligencia artificial, la movilidad inteligente y la ciberseguridad.
El rápido aumento de las capacidades de la IA está llevando a invertir recursos en áreas como el aprendizaje profundo, la programación neurolingüística (PNL), el reconocimiento de imágenes, el reconocimiento de voz, los 'chatbots' y la ciberseguridad.
"Es probable que su aplicación se extienda más allá de los puntos candentes actuales (por ejemplo, la sanidad y la tecnología financiera). La creciente regulación podría tener dificultades para abordar las cuestiones éticas y de otra índole", enfatizan los expertos.
En el área de la movilidad inteligente, sus tres motores primordiales son la sostenibilidad (emisiones y otras preocupaciones medioambientales), la urbanización (previsión de que continúen el crecimiento y la congestión) y los cambios en la demanda de los consumidores (alquiler frente a propiedad).
"Unos métodos de transporte y estructuras de propiedad diferentes podrían ser parte de la respuesta. Habrá numerosas tecnologías implicadas (por ejemplo, TI, almacenamiento de baterías)", pronostican los analistas de la entidad.
Por último, resaltan la ciberseguridad, que ha aumentado su importancia debido a que la creciente conectividad, la inteligencia artificial, el "Internet de las cosas" (IdC) y la posible evolución del metaverso presentan posibles riesgos adicionales.
Se prevé que el gasto en seguridad de consumidores, empresas y gobiernos aumente de forma estructural. "Algunos de los sectores especialmente afectados seguirán siendo el industrial, los servicios financieros y el sanitario", concluyen desde Deutsche Bank.