China ha fijado en "alrededor del 5%" su objetivo de crecimiento para 2024, por encima de lo previsto
Con permiso de la decisión de tipos del Banco Central Europeo (el jueves), de la comparecencia de Jerome Powell ante el Congreso y el Senado (el miércoles y jueves) y de las referencias macro, especialmente el informe de empleo de febrero que se conocerá en EEUU (el viernes), este martes hay dos citas geopolíticas de primer nivel que debemos seguir con atención por su potencial impacto en el mercado.
Empezamos con el conocido como 'Supermartes', que no es otra cosa que el día con mayor número de Estados en elecciones primarias en EEUU, así como mayor número de delegados en juego. Como saben, Donald Trump ha ido ganando en las distintas primarias a su única contrincante republicana en la carrera por ser nombrado candidato presidencial, Nikki Haley, y la cita que tiene lugar hoy determinará si el camino del expresidente se allana definitivamente, después de que el Tribunal Supremo haya dictaminado a su favor y le haya permitido presentarse en las primarias de Colorado.
El 'Supermartes' verá a una docena de Estados, como California, Carolina del Norte y Texas, votando tanto en las primarias electorales republicanas como demócratas. "Será interesante ver si esto se traduce en el fin de cualquier competencia para los candidatos principales en ambos lados", comenta Christian Gattiker, analista de Julius Baer, en referencia a Joe Biden y Donald Trump.
El S&P 500 ha registrado una rentabilidad media anualizada del +6,2% en todos los años electorales desde la administración Hoover y son las empresas de pequeña y mediana capitalización las que han obtenido mejores resultados en los años electorales. “Lo importante para los mercados es que se trata de una campaña electoral relativamente poco arriesgada, ya que ambos candidatos han ocupado el cargo con anterioridad”, indica Charlotte Daughtrey, especialista en inversión de renta variable de Federated Hermes Limited "Lo que es seguro es que ambos (candidatos) querrán una economía fuerte y eso también suele ser bueno para los mercados".
Este martes ha arrancado en Beijing uno de los eventos políticos anuales más relevantes de China, el Congreso Nacional del Pueblo chino. El primer ministro, Li Qiang, ha establecido los objetivos económicos para este año y ha presentado su primer informe de trabajo en esta jornada inaugural.
Li ha fijado el objetivo de crecimiento del gigante asiático para este año en "alrededor del 5%", el mismo que se estableció para 2023. Si bien los analistas esperaban un objetivo más moderado -del 4,5% al 5% decían desde Julius Baer-, y también el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) -del 4,6% y del 4,5%, respectivamente-, al final el país ha sorprendido con una perspectiva mayor.
Los datos oficiales de 2023 mostraron un crecimiento final del PIB de China del 5,2%, aunque ahora es más complicado repetir estas cifras porque, como señala Sophie Altermatt, economista de Julius Baer, "los principales impulsores del crecimiento enfrentan vientos en contra. Esto es especialmente así dado que la demanda reprimida, los efectos de reapertura y los efectos base favorables que respaldaron la economía y el crecimiento el año pasado están disminuyendo".
Durante su discurso sobre el trabajo, Li también fijó en un 3% la meta de déficit para 2024, en un 5,5% la tasa oficial de desempleo en zonas urbanas y “en torno al 3%” su límite para el índice de precios al consumidor.
El informe de trabajo también dijo que Beijing emitirá 1 billón de yuanes (138.947 millones de dólares) en bonos del tesoro 'ultra-largos' este año para financiar proyectos importantes alineados con las estrategias nacionales, mientras que este año se emitirán 3,9 billones de yuanes (541.907 millones de dólares) en bonos de propósito especial para gobiernos locales, 100.000 millones de yuanes más que el año pasado.
"Deberíamos aumentar adecuadamente la intensidad de nuestra política fiscal proactiva y mejorar su calidad y efectividad", dijo el informe de trabajo.
En la Conferencia Económica Central en diciembre, los líderes chinos reconocieron un entorno económico y externo desafiante y establecieron sus prioridades económicas en la estabilización de la economía y el fomento de un crecimiento de alta calidad, respaldado por una política fiscal proactiva continua y una política monetaria prudente. De hecho, persisten las presiones deflacionarias y los desafíos de crecimiento.
En particular, la desaceleración en el sector inmobiliario sigue siendo un importante obstáculo para la economía china, afectando la inversión, la confianza del consumidor y las finanzas de los Gobiernos locales. Al mismo tiempo, el entorno comercial externo no se está volviendo más favorable y podría desafiar la expansión de las exportaciones de China este año.
En cuanto al estímulo fiscal, los responsables de la formulación de políticas han intensificado el alivio en la segunda mitad del año pasado, incluido un aumento inusual en el déficit fiscal para permitir la financiación del Gobierno central de los proyectos de infraestructura y ayuda en casos de desastre de los Gobiernos locales.
El primer ministro Li ha reconocido este martes los desafíos que enfrenta la segunda economía más grande del mundo. "No es fácil para nosotros alcanzar estos objetivos", ha dicho ante miles de delegados reunidos en el Gran Salón del Pueblo en Beijing. "Necesitamos apoyo político y esfuerzos conjuntos de todos los frentes".
Las bolsas de China han recibido todas estas novedades con poco entusiasmo. El Hang Seng de Hong Kong pierde un 2,5%. "Dadas las circunstancias actuales, somos escépticos de que China pueda alcanzar su objetivo de crecimiento del 2024 de 'alrededor del 5%'", escriben los expertos de Oxford Economics.