Aunque la confianza mejoró entre los consumidores y se mantuvo estable en los servicios
El Indicador de Sentimiento Económico (ESI) disminuyó notablemente tanto en la zona euro como en la Unión Europea (UE) hasta situarse en 101,7 y en 100 puntos, respectivamente, lo que suponen una caída de 1,4 puntos en ambos casos, según los datos publicados este viernes por la Comisión Europea.
La disminución en el sentimiento de la zona euro se debió a un deterioro sustancial de la confianza en la industria y una ligera caída en el comercio minorista, mientras que la confianza mejoró entre los consumidores y se mantuvo en general estable en los servicios y la construcción.
Por sectores, la industria resultó ser la más pesimista, mientras que el sector servicios registró las opiniones más optimistas
Entre las mayores economías de la zona euro, el sentimiento económico disminuyó significativamente en los Países Bajos, España (ambos -3,1), Alemania (-1,2) y, en menor medida, Italia (-0,8). Se mantuvo prácticamente sin cambios en Francia (-0,2).
Por sectores, la industria resultó ser la más pesimista sobre las expectativas de producción, el nivel actual de pedidos generales y las existencias de productos terminados. Las evaluaciones sobre los pedidos de exportación y producción también se deterioraron de manera muy significativa. Por el contrario, el sector servicios registró las opiniones más optimistas.
El ligero aumento en la confianza del consumidor (+0,6) reflejó las expectativas más positivas de los hogares sobre la situación económica general y, en menor medida, su propia situación financiera, mientras que su evaluación de su situación financiera pasada y sus intenciones de realizar compras importantes se mantuvo en general estable.
"Los indicadores mensuales que estamos recibiendo para la economía de la eurozona siguen siendo indudablemente negativos", afirma Oxford Economics. El ESI publicado este viernes ofrece "una imagen sombría, tocando su nivel más bajo en cuatro años", con lo que, después de haber subido en agosto, " continuó con la dinámica negativa que comenzó a principios de 2018". Añade que estos "datos débiles se acumularán en la presión tanto para el estímulo fiscal como para un mayor apoyo del Banco Central Europeo (BCE) a una economía en crisis".