¿Está en riesgo el sector minorista? El peligro de quiebra crece en Europa

La inflación y el comienzo de la retirada de ayudas empeoran las perspectivas

Marta Gomez
Bolsamania | 12 jun, 2023 06:00
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Comercios de SantanderEUROPA PRESS - Archivo

La elevada inflación y la ralentización del crecimiento económico, junto con el comienzo de la retirada de ayudas públicas tanto para hogares como para empresas que facilitaban a ambos hacer frente a la crisis energética, están aumentando el riesgo del sector minorista a sufrir una nueva oleada de quiebras, pero ¿hasta qué punto pueden afectar realmente estos factores?

Los expertos de Scope Ratings han publicado su Barómetro de Vulnerabilidad del Comercio Minorista (RVB), en el que han determinado que, con respecto a posibles quiebras, se esperan números cercanos a los registrados en 2019 y 2020, que parecían haberse moderado en 2021 y, aunque en menor medida, también en 2022.

Esto se ha debido a las ayudas directas e indirectas de los gobiernos tanto durante la pandemia como con la posterior crisis energética. No obstante, y a pesar del aumento en el coste de vida, que no deja de crecer, el apoyo de los gobiernos se modera y pone de manifiesto su influencia en el descenso de las insolvencias en el sector a lo largo de 2021.

En muchos países del entorno, el número de quiebras aumentó entre 2017 y 2019, momento tras el que comenzó la pandemia. El incremento en la presión sobre el sector minorista hacía presagiar una subida de las quiebras en los siguientes años, pero las amplias ayudas hicieron que las cifras disminuyeran de forma brusca en 2021.

Por otro lado, centrar la vista en los mismos riesgos para los diferentes comercios independientemente del país europeo parece un error, ya que éstos no son homogéneos. Esto se aprecia en el RVB, que muestra índices de quiebra desiguales. El barómetro se basa en datos del PIB per cápita para conocer el poder adquisitivo, en la proporción de minoristas que pagan puntualmente y los que lo hacen con un retraso de al menos 90 días para calcular su liquidez, y en el índice de eficiencia logística del Banco Mundial para calcular la vulnerabilidad del comercio minorista tradicional en cuanto a la competencia del comercio electrónico.

EL RIESGO DE QUIEBRA ES VARIABLE

Los factores que determinan el riesgo de quiebra de cada comercio minorista europeo y la rapidez de su evolución son múltiples, pero cabe destacar entre ellos el apoyo público, que en gran medida se ha visto afectado por el gasto preelectoral de cada país. También los cambios en las condiciones de pago de los proveedores, los índices de penetración del comercio electrónico y el poder adquisitivo general desempeñan papeles importantes.

Al ser todos estos factores tan cambiantes de unos países a otros, existen amplias diferencias en toda la Unión Europea, con países como Francia, Italia o Portugal que posiblemente experimenten una consolidación de los mercados fragmentados que liderarán los operadores nacionales tradicionales, lo que genera un mayor riesgo de quiebra en estos tres países europeos.

En cuanto a otros países concretos, Reino Unido "sigue siendo un caso atípico", ya que tiene un alto riesgo según el RVB a causa de su competitivo mercado, que ya ha sufrido con anterioridad un aumento en las quiebras de este tipo de comercio. El país muestra una gran penetración del comercio electrónico, lo que genera más presión hacia los comercios físicos, en parte a causa de la gran competencia de precios.

El Brexit no ha ayudado a que esto se regule. Por el contrario, ha empeorado el panorama al aumentar ciertos gastos arancelarios y costes fronterizos. Los expertos prevén que la situación a la que se enfrentan los hogares británicos a causa de la inflación complique todavía más la situación, sobre todo en el momento en el que se retiren las ayudas gubernamentales, cuando posiblemente se producirá un crecimiento exponencial de las quiebras en el sector minorista.

Con menor riesgo se encuentran Países Bajos y Bélgica, que cuentan con mercados nacionales más pequeños acostumbrados a cambios de comportamiento en los consumidores.

Por último, el menor nivel de riesgo se aprecia en países como Hungría, Polonia, República Checa, Alemania y España, a pesar de que esta última cuenta con un mercado muy fragmentado cercano al de Francia, Italia o Portugal, en el que la mayoría de las quiebras se producen en pequeñas y medianas empresas no clasificadas, lo que acerca al país a un mayor riesgo. Este grupo cuenta con mercados concentrados y dominados por operadores tradicionales que desplazan a minoristas más débiles.

En cuanto a Alemania, a la que protege el tamaño del mercado, o Hungría, que dispone de una regulación que protege a los operadores nacionales, ambos son países que registran el menor riesgo de quiebra al compararlos con los demás. Otros como la República Checa, Bélgica o Irlanda registran una posible progresión natural hacia un aumento de la resistencia empresarial en el sector.

DIFICULTAD PARA CRECER

Los minoristas se ven especialmente afectados por los distintos ciclos macroeconómicos que condicionan el comportamiento de compra de los clientes. Esto, junto con la necesidad de fidelización de consumidores y de reconocimiento de marca, hace que tengan cada vez menor posibilidad de aumentar los precios de venta y, con ello, sus márgenes de beneficio.

El comercio por internet permite al consumidor comparar precios de forma sencilla y rápida. Todos estos factores hacen que las pymes, que tienen menor capacidad para negociar precios menores con sus proveedores, se encuentren con dificultades para crecer al chocar contra esta barrera que limita sus márgenes de EBITDA y, en consecuencia, la generación de tesorería.

Frente a esto, unos márgenes de beneficio más elevados facilitarían a las directivas mayor capacidad de movimiento para financiar mejoras necesarias para el crecimiento, como pueden ser las TI y toda la logística que les podría permitir competir con el negocio electrónico.

LOS SUBSECTORES MUESTRAN DISTINTOS NIVELES DE RIESGO

Los niveles de riesgo de los distintos subsectores del comercio minorista también muestra comportamientos dispares. En este aspecto, el sector de la moda acumula hasta un 57% del riesgo total de quiebra. Los altos costes de arrendamiento de locales, que en general deben estar en calles principales y cercanos a sus almacenes, son la principal causa de este elevado porcentaje en el sector. Además, al encontrarse todas estas tiendas en zonas relativamente cercanas, la competencia entre ellas es mayor.

No es el único sector que debe afrontar estos riesgos, aunque no sea en el mismo nivel. Es el caso de las tiendas de electrodomésticos y bricolaje, que tienen porcentajes de quiebra del 13%. Además, el flujo económico en estos sectores es irregular a causa de sus ventas estacionales, como puede ser el caso de la jardinería y el bricolaje. En este sentido, algunos comerciantes online multiproducto como Amazon, la alemana Otto o la francesa Cdiscount son una feroz competencia para estos comercios, ya que no se ven afectados por esa estacionalidad.

En cuanto a las empresas que venden productos de primera necesidad, son por esta causa menos sensibles a los cambios del mercado, pero las tiendas minoristas de alimentos ocupan un lugar relativamente alto entre los porcentajes de quiebra. Las diferencias en las pautas de consumo actuales, en las que se aprecia un aumento del interés por los productos y envases ecológicos, así como por otros tipos de nutrición, ha permitido la entrada de nuevos participantes en el sector.

Sin embargo, esta nueva tendencia se ha visto notablemente afectada por el aumento de la inflación y el incremento en los costes de los préstamos, que han permitido a las grandes empresas contraatacar con ofertas más competitivas de productos propios. En estos momentos de incertidumbre económica en los que la vida cada vez está más cara, este tipo de ofertas a las que muchos comercios minoristas no pueden llegar ganan cuota de mercado.

LOS MINORISTAS QUE PAGAN A TIEMPO DESCIENDEN

La eliminación paulatina y gradual de las ayudas gubernamentales se produce en un momento crítico por la elevada inflación. Es posible que en países con elecciones cercanas se terminen por aprobar nuevas, pero en ningún caso alcanzarán el grado de las iniciadas tras la pandemia.

A este dato, debemos añadirle los preocupantes resultados de uno de los factores más críticos de cara a una quiebra empresarial: el retraso en el pago a los proveedores. Según los últimos datos, la capacidad de los minoristas para hacerse cargo a tiempo de estos pagos ha disminuido desde el 53,6% que era capaz de hacerlo en 2018, hasta alcanzar un 41,2% en 2021.

En este mismo sentido, las empresas que actualmente realizan sus pagos a más de 90 días han aumentado al 3,8% desde el 2,8% del último registro. Es por esto por lo que los expertos prevén que los proveedores comiencen a ser más estrictos con esos posibles retrasos, lo que supondría penalizaciones para el comercio minorista que podrían acercarlos todavía más a una inevitable quiebra.

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