La inflación de EEUU ha empeorado los pronósticos y pone en duda la hora de ruta del banco central
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos lleva tiempo instalada en una narrativa de dependencia de los datos para determinar la fecha de inicio de los recortes en los tipos de interés, una posibilidad que ahora parece más alejada después del inesperado repunte del IPC general hasta el 3,2% en tasa interanual en febrero. Además, el descenso de una décima en la tasa subyacente, que se ha moderado al 3,8%, también ha empeorado los pronósticos.
De esta manera, Mark Sherlock, responsable de renta variable estadounidense para Federated Hermes Limited, asegura que "con un IPC moderadamente por encima de las expectativas, hay pocos catalizadores para que la Reserva Federal recorte los tipos antes de junio, a la espera de pruebas que corroboren que la historia de la desinflación sigue su curso".
"Esto concuerda con nuestra opinión de que los tipos -aunque en una senda descendente- se mantendrán elevados durante más tiempo de lo que muchos esperan", asegura.
El mercado se ha visto obligado a recalibrar sus perspectivas sobre los recortes de tipos a medida que los datos han ido dibujando un proceso desinflacionario más lento de los previsto. En un primer momento, los operadores esperaban que la Fed iniciara la flexibilización monetaria este mismo mes, aunque el propio titular del organismo, Jerome Powell, se encargó de enfriar esta posibilidad. Tras sus palabras, mayo parecía la fecha indicada, aunque el IPC de febrero pone en tela de juicio las expectativas de los analistas.
Para Lawrence Werther, analistas de Daiwa Capital Markets, la última lectura del IPC estadounidense "pueden resultar problemática para el FOMC después de que el presidente Powell indicara en su testimonio ante el Congreso la semana pasada que los funcionarios 'no están lejos' de ganar confianza en que la inflación está regresando de manera sostenible al 2%".
Si bien los analistas coinciden en señalar que el repunte del IPC no acerca la llegada de los recortes de tipos, también muestran consenso al indicar que este no es el único dato que el banco central vigila de cerca a la hora de tomar sus decisiones, ya que de hecho su indicador favorito para determinar el estado de los precios es el deflactor PCE y su tasa subyacente, por lo que sus próximas lecturas pueden ser clave para la política monetaria del país.
Los analistas de TD Securities aseguran que la evolución IPC "no suele traducirse plenamente en la versión básica del PCE, que es la medida preferida de la Reserva Federal". De hecho, esperan "un aumento intermensual más suave para el PCE básico de febrero", que podría rondar el 0,3%.
"Salvo un deterioro significativo de la economía y el mercado laboral en el corto plazo, el Comité no relajará la política hasta que esté seguro de que la inflación está en un camino claro y 'sostenible' hacia el objetivo del 2%. El informe de este martes no ofrece todavía plenamente esa certeza, pero consideramos que es cuestión de unos cuantos informes más. Los datos del IPP que se publicarán el jueves serán clave para determinar qué significa la fortaleza actual del IPC para la inflación PCE subyacente en febrero", valoran.
Teniendo esto en cuenta, la firma mantiene su previsión de que los recortes llegarán en dos meses, ya que descarta que el IPC de febrero "cambie significativamente la inclinación de la Reserva Federal a aplicar una primera flexibilización antes de la reunión del FOMC de junio".
"En nuestra opinión, la inflación de la vivienda, y los servicios en general, deberían retomar un camino claro hacia la normalización en los próximos meses. Los primeros signos de debilidad en el mercado laboral también comenzarán a influir cada vez más en las decisiones políticas de la Reserva Federal en las próximas reuniones", comentan.
Atendiendo a los distintos componentes que conforman la inflación, el sector servicios se ha convertido en el que más preocupa a las autoridades, como comenta Tiffany Wilding, economista en Pimco, quien considera que "la inflación de servicios parece incompatible con el objetivo de inflación" del 2%.
"Creemos que los datos muestran que la deflación de los bienes puede estar tocando fondo y empezando a reacelerarse ligeramente antes de lo esperado, mientras que la inflación de los servicios, como se observa en la inflación de los servicios básicos sin vivienda, sigue siendo elevada", asegura.
Para que la Fed cumpla su objetivo de inflación, la analista cree que "será necesario un aumento más duradero de la tasa de desempleo para combatir la inflación 'pegajosa'".
"En términos de implicaciones para la Reserva Federal, aunque el informe del IPC por sí solo puede no ser suficiente para impedir que la Reserva Federal recorte los tipos a mediados de año, debería plantear interrogantes reales sobre la medida en que la inflación volverá al objetivo en ausencia de una mayor relajación en el mercado laboral", concluye.