El equipo de Iglesias se olvida de nacionalizar Bankia y tener una eléctrica pública, entre otras
Unidas Podemos ha tenido que renunciar a algunas de sus promesas electorales para acordar con el PSOE un programa de gobierno de coalición y poner en marcha los engranajes del nuevo Ejecutivo. La formación que lidera Pablo Iglesias ha tenido que olvidarse de algunos de sus planes económicos, como la creación de una compañía eléctrica pública y de un tributo dirigido específicamente a los bancos, así como de nacionalizar Bankia y bajar el IVA de los alimentos, entre otros.
La formación liderada por Iglesias prometía a sus electores hace meses nacionalizar Bankia para convertirla en una entidad pública pese a la férrea oposición de su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, a quien Unidas Podemos quería, con el apoyo de tres quintos de la Cámara, sustituir en su cargo.
Sin embargo, la formación ha tenido que sacrificar esta idea a la hora de pactar con el PSOE su entrada en el gobierno. El acuerdo de coalición no menciona en ningún momento al banco, que continuará así con su camino hacia la privatización completa, una opción que Nadia Calviño, ministra de Economía y Empresa, ha respaldado desde su aterrizaje en el Ejecutivo.
En su cruzada contra la banca, además, Unidas Podemos prometió prohibir a los bancos y a los fondos de inversión ser propietarios, es decir, accionistas, de los medios de comunicación, una propuesta de la que tampoco hay ni rastro en el acuerdo para el gobierno de coalición.
Unidas Podemos también quería crear una compañía eléctrica pública para “llevar a cabo la transición ecológica, luchar contra el cambio climático y bajar la factura de la luz”. Tampoco ha salido adelante.
CESIONES FISCALES
También se ha visto frustrado el intento de Unidas Podemos de crear un impuesto específico para la banca con el objetivo de sufragar las pensiones y en compensación por el rescate bancario. A cambio, el nuevo Gobierno obligará a los bancos a pagar un mínimo del 18% en el Impuesto de Sociedades, como hará con las empresas de hidrocarburos, lo que supone penalizarlos frente al resto de las compañías, para las que el límite será del 15%.
En materia de fiscalidad, además, el equipo de Iglesias ha tenido que ceder en cuanto a la subida del IRPF para las rentas más altas. Su intención era situar este tributo en el 47% para rentas a partir de 100.000 euros anuales, mientras que el programa de coalición amplía este umbral a los 130.000 euros.
El nuevo Gobierno quiere reducir el IVA de los servicios veterinarios y de los productos de higiene femenina, una propuesta que el programa electoral de Unidas Podemos incluía, pero que es mucho menos ambiciosa que la original, pues los socios del Gobierno de Pedro Sánchez querían bajar este impuesto al 4% a más alimentos y bebidas no alcohólicas y al 10 % a todos los suministros básicos (calefacción, gas, electricidad) de los consumidores vulnerables, así como subir al 25% el de los artículos de lujo.
Los de Unidas Podemos querían también eliminar la exención del IBI que tiene la Iglesia, aunque sí ha llegado al acuerdo de gobierno su propuesta de “recuperar los bienes inmatriculados indebidamente” por la institución, que actualmente puede inscribir en el Registro de la Propiedad bienes a partir solamente de declaraciones de sus propios miembros.
Otras medidas que la formación morada quería sacar adelante, como unificar en toda España el Impuesto de Sucesiones, prohibir los contratos temporales de menos de un mes, la renta mínima garantizada, la dación en pago, eliminar los beneficios fiscales de los planes de pensiones privados o rebajar la jornada laboral a 34 horas semanales, también se han quedado en el cajón.
Por el contrario, Unidas Podemos sí ha logrado llevar al acuerdo de gobierno con los socialistas tres grandes propuestas electorales, limitar los alquileres, retocar la reforma laboral y controlar las sicavs, así como otras medidas, como el impuesto digital, la subida del IPREM (indicador de referencia para la actualización de ayudas) o el elevar el Salario Mínimo Interprofesional.
Con todo, la política económica dependerá de Nadia Calviño, la actual ministra en funciones de la cartera de Economía y Empresa, que, con su vicepresidencia, ejercerá de contrapeso a la posición de vicepresidente de Iglesias. Aunque aún no se conoce el gabinete completo, lo que está claro es que los ministros del PSOE serán mayoría, especialmente en los departamentos del ala económica.