Las monedas de cifrado abrazan la volatilidad y recuperan 100.000 millones en cuestión de horas
El miedo del miércoles a que el mercado de las criptodivisas se enfrentara al temido pinchazo de la burbuja deja paso al alivio que genera todo buen rebote después de las correcciones. El verde se impone en todas las monedas de cifrado, que alcanzan subidas de doble dígito este jueves, unas pocas horas después de que el desplome se prolongara hasta un 30% en algunos casos como el ripple.
El bitcoin no se libró. La reina de los criptoactivos perdió la barrera psicológica de los 10.000 dólares que había conquistado a finales de noviembre y cayó hasta los 8.000 dólares en algunas casas de cambio. No obstante, sube por encima de los 11.500 dólares y remonta un 15% desde el suelo por debajo a los 9.500 dólares que marcó el miércoles en el índice de CoinDesk.
El ethereum reconquista los 1.000 dólares, el 'cripto' de la RippleNet network se recupera un 40% hasta los 1,5 euros y, en general, todos los tokens reclaman terreno perdido elevando la capitalización total de los 1.450 activos existentes hasta los 570.000 millones de dólares. 120.000 más que el mínimo del jueves por debajo de los 450.000 millones, según CoinMarketCap.
"Lejos de dejarse llevar por la demagogia fácil a la que muchos inversores y analistas acuden cada vez que el bitcoin cae, a día de hoy todo encaja dentro de los parámetros normales"
El mercado se deja llevar por un rally de alivio después de la “necesaria corrección de los precios”, según apunta Dennis de Jong, analista de Ufx.com. Pero el miércoles hubo cierta sensación de pánico y parte de las ventas se precipitaron por el efecto contagio, señala el fundador de CryptoCompare, Charles Hayter. El gran temor que se extendía como la pólvora es si había llegado al temido pinchazo de la burbuja que largamente han vaticinado los gurús de Wall Street como Warren Buffett, que del bitcoin ha dicho de todo, por ejemplo, que "acabará muy mal".
"Lejos de dejarse llevar por la demagogia fácil a la que muchos inversores y analistas acuden cada vez que el bitcoin cae, a día de hoy todo encaja dentro de los parámetros normales", explica José María Rodríguez, analista de Bolsamanía, haciendo una llamada a la calma. "La gran mayoría de inversores tiene muy poca memoria y ya no recuerda que a principios de 2017 el bitcoin cotizaba en los 1.000 dólares", añade.
Analizando los gráficos, Rodríguez explica lo ocurrido como el típico "abc correctivo". "Una caída hasta los 8.000-9.000 dólares encajaría dentro del final de una 'onda c'", insiste.
Bien cierto es que la recuperación hace respirar aliviados a los inversores, que vuelven a la carga, aunque la mayoría de factores que han conducido al crash de un mercado que ha visto evaporarse cerca de 400.000 millones de dólares en cosa de 10 días -de máximos a mínimos- persisten.
CÓCTEL DE NOTICIAS NEGATIVAS
Los riesgos regulatorios son una de las principales primas de riesgo des este mercado. Y no pasa un día sin que alguna autoridad se pronuncie sobre los activos virtuale, por lo que se incrementa la presión en los precios ante los diferentes avisos y acciones que hacen pensar en una actuación orquestada de los supervisores y reguladores monetarios mundiales.
Los inversores han estado deshaciéndose de sus posiciones en este mercado ante la amenaza del Gobierno surcoreano de prohibir las operaciones con estos activos y echar el cierre de las plataformas de intercambio. Después de suavizar las declaraciones del ministro de Justicia, Park Sang-ki, que aseguró que estaban trabajando en este legislación, y apuntar que la normativa estaba lejos de ser aprobada, el ministro de Finanzas, Kim Dong-yeon, volvió a sembrar el pesimismo. Aseguró en una emisora de radio local que el Gobierno presentará una serie de medidas para reprimir la locura de la inversión en criptomonedas que ha calificado de "irracional".
Pero aunque ha sido el detonador, no sólo Corea del Sur tiene la culpa. Las informaciones se apilan y apuntan en todas direcciones. Declaraciones del Bundesbank hacia una armonización de las reglas a escala mundial para este mercado; avisos de las agencias de mercados en Europa o EEUU, con comunicados y advertencias de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) o de la Securities and Exchange Commission (SEC) sobre las inversiones en nuevas criptomonedas; cierre de compañías como Bitconnect, que ha clausurado formalmente su plataforma de préstamos e intercambios de criptomonedas tras advertencias de reguladores de Texas y Carolina del Norte... han sembrado el pesimismo.
VENCIMIENTO DEL PRIMER CONTRATO DE FUTUROS
El desplome también ha coincidido con la expiración de los primeros contratos de futuros del Chicago Mercantile Exchange (CME) y el Chicago Board Exchange Options (CBOE). El debut de los derivados en estos productos abrió las puertas a otro tipo de inversor más maduro y técnico que usa herramientas más sofisticadas cuyo efecto en el precio no es precisamente positivo para los participantes menos experimentados. Por ejemplo porque ubican órdenes stop loss en niveles de soporte.
Además, los expertos señalan que este acontecimiento ha añadido más leña al fuego. "Hacen falta nos cuantos cierres de contratos para ganar estabilidad", apuntan. Debido a que el producto de futuros es tan nuevo, y el desarrollo de derivados es clave para la maduración de los criptoactivos, algunos estaban "nerviosos por la primera expiración", explica Alberto Muñoz Cabanes, profesor de la UNED, aunque descarta el experto que haya sido un factor demasiado determinante por el escaso volumen, ya que se negociaban apenas 3.000 contratos entre las dos plataformas.
Pero, en cualquier caso, y hasta para los que hablan del inicio del pinchazo de la burbuja, hay que tener en cuenta que el llamado 'oro 2.0' conserva una revalorización de un 900% en 12 meses, aún con el crash del miércoles. Y, como redondea Rodríguez, aquellos que piensan que es un 'abc' están dando por sentando que la tendencia de fondo en el bitcoin sigue siendo alcista y que más tarde o más temprano se superarán los 20.000 dólares.