Linde planteó ayer esta posibilidad en el Congreso ante la paulatina pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas
La deriva de las pensiones amenaza con crear una futura generación de jubilados empobrecidos. Por ello, el gobernador del Banco de España (BdE), Luis María Linde, planteó ayer en el Congreso la posibilidad de establecer un objetivo para la tasa de sustitución. Un elemento que aumentaría la transparencia del sistema, criticada por los expertos. Pero que dejaría claro su pérdida de poder adquisitivo. Un coste para el bolsillo del pensionista que sería equivalente al coste político.
La tasa de sustitución, o tasa de reemplazo, compara la pensión percibida en el momento de empezar a cobrarla con el último salario. Para los jubilados, la ratio alcanzó el 80% en 2015. Sin embargo, desde este año tenderá a reducirse. Lo hará con el retorno de la inflación, que provoca que la reforma de 2013, aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy en mayoría absoluta, comience a mejorar la sostenibilidad del sistema. A costa de cuestionar la suficiencia de las pensiones.
Según un estudio de la Comisión Europea, en el que participaron funcionarios de todos los países -incluida España-, la tasa de sustitución se hundirá durante las próximas décadas desde el 81,9% de media en 2013 hasta el 49,7% en 2060. Es decir, si los salarios crecieran igual que la inflación en este periodo, para un trabajador que ingresa 1.500 euros mensuales cobrará una pensión de 750 euros mensuales frente a los 1.200 euros si se jubilara hoy. Otras previsiones apunta a una caída mayor, como las de Inverco, que proyectan una tasa de sustitución en el 50% en 2050 y el 24% en 2075.
AUMENTO ANUAL DEL 0,25%
La revalorización de las pensiones dependerá durante las próximas décadas del factor de sostenibilidad, calculado en función de las cuentas de la Seguridad Social y de la esperanza de vida de los jubilados. Tras la desindexación de las pensiones al IPC, el límite inferior establecido por la ley en el 0,25% será el crecimiento anual de las pensiones, según los expertos. Con lo que si la inflación se sitúa en el medio plazo en el 2%, objetivo del Banco Central Europeo (BCE), la caída de la capacidad de compra de los pensionistas será acusada.
En ausencia de incrementos de los ingresos, el mecanismo de ajuste descansaría principalmente sobre una disminución de la pensión media con respecto al salario medio
Esto es lo que explicó ayer Linde en la Comisión de Economía, aunque pasó desapercibido entre los partidos políticos, ávidos de preguntarle por Banco Popular y por los 60.000 millones de euros que el Banco de España calcula irrecuperables en ayudas públicas a la banca. “El envejecimiento poblacional presiona al alza el gasto en partidas como la sanidad, el cuidado de los mayores y, en particular, las pensiones”, señaló el gobernador del BdE.
De hecho, la partida incluida por el Gobierno en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017 asciende a 139.647 millones de euros, un 3,1% más que los 135.449 millones de 2016. Y un 40,7% del gasto total del Estado. “Las reformas introducidas en los últimos años, como el retraso de la edad de jubilación, la definición de un factor de sostenibilidad, que liga la pensión inicial al incremento de la esperanza de vida, y el nuevo mecanismo que condiciona la revisión anual de las pensiones al equilibrio entre los ingresos y los gastos del sistema -con unos topes máximos y mínimos-, han contribuido a contener el aumento del gasto y a reforzar la sostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones”, remachó Linde.
El gobernador explicó que los cambios normativos han mejorado la previsión de sostenibilidad. Pero ahora entra en juego garantizar la suficiencia de las pensiones. “En ausencia de incrementos de los ingresos, el mecanismo de ajuste descansaría principalmente sobre una disminución de la pensión media con respecto al salario medio, lo que se conoce como tasa de sustitución”, advirtió el experto. “De cara al futuro, sería conveniente establecer una ‘tasa de sustitución objetivo, a partir de la cual deben adecuarse los ingresos del sistema para garantizar su sostenibilidad”, agregó.
MÁS TRANSPARENCIA
El sistema es complejo, no hemos avanzado nada. En la Seguridad Social es difícil que te den una estimación de tu pensión a no ser que estés a punto de jubilarte
Esta propuesta tendría un doble efecto. Por una parte se pone un suelo en la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones. Por la otra, se añadiría transparencia al sistema ya que futuros pensionistas sabrían con claridad lo que cobrarán respecto a sus salarios. Precisamente, hacer más fácil de entender el sistema es algo por lo que abogan los expertos. No en vano, la Seguridad Social aún incumple la ley de 2011 que establece que debe “informar” a los cotizantes sobre su futura pensión.
“El sistema es complejo, no hemos avanzado nada. En la Seguridad Social es difícil que te den una estimación de tu pensión a no ser que estés a punto de jubilarte. Es un problema porque no tienes una previsión de ingresos para la jubilación”, aseguró la semana pasada David Carrasco Pérez de Mendiola, director ejecutivo de Pensiones en BBVA Asset Management, en una ponencia organizada por CFA Institute. Linde, en el Congreso, también puso el foco en ello: “Es deseable que la estrategia de reforma elegida conduzca a un aumento de la transparencia del sistema y a un refuerzo de la relación entre las contribuciones y las prestaciones, manteniendo mecanismos de ajuste automático que garanticen el equilibrio financiero”.