El organismo no subirá los tipos de interés al menos hasta el verano de 2019
Menos compras de activos, una ligera reducción en las previsiones de crecimiento y paciencia con la inflación y los tipos de interés. Eso es lo que espera el mercado de la reunión sobre política monetaria que celebra este jueves el Banco Central Europeo (BCE). La principal medida que anunciará el organismo presidido por Mario Draghi será una reducción de sus compras mensuales de activos hasta 15.000 millones de euros desde los actuales 30.000 millones.
Será el paso previo para dar por concluido el programa de flexibilización cuantitativa, conocido popularmente como QE (Quantitative Easing) en diciembre del presente ejercicio. Bart Hordijk, analista de Monex Europe, espera que el BCE reduzca sus compras hasta “15.000 millones de euros en septiembre”.
“Esperamos ver renovada la confianza del BCE en que finalizará su programa de compra de activos a fin de año”, añade sobre este asunto Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
Sobre la primera subida de tipos de interés que realizará el BCE tras finalizar su programa QE, Hordijk señala que, con la inflación subyacente en niveles del 1%, “el BCE no cambiará su lenguaje” y seguirá lanzando un mensaje acomodaticio.
En su opinión, el organismo no comenzará a subir los intereses en la zona euro “hasta septiembre de 2019”. Aunque si la inflación sigue tan baja como hasta ahora, podría retrasarla hasta “finales” del próximo año.
Sin embargo, en opinión de Franck Dixmier, el BCE podría realizar su primera subida de tipos tras la crisis “en el verano de 2019”, aunque esto dependerá en gran parte de la evolución de la inflación.
“Es poco probable que su primer aumento se produzca antes del verano de 2019”, opina Dixmier, porque así el BCE tendrá “suficiente margen para tener en cuenta si la trayectoria de inflación de la zona euro converge hacia el objetivo del banco central de alrededor del 2%”.
En lo que se refiere a la política de reinversión de los activos de su balance que vayan venciendo este experto anticipa que no se producirá ninguna “aclaración en esta etapa, dado que lo mejor para el BCE es mantener todas sus opciones abiertas en el tenso ambiente geopolítico actual”.
MENOS CRECIMIENTO ECONÓMICO
Sobre otros asuntos de actualidad, seguramente Mario Draghi será interrogado sobre la política del nuevo Gobierno italiano. Aunque el consenso espera que el banquero central italiano no se pronuncie abiertamente sobre el tema, al menos hasta que Italia mande a la Unión Europea su proyecto de presupuesto para el próximo año a finales de septiembre.
En lo que respecta a las previsiones económicas de la zona euro, que se han revisado a la baja en los últimos meses, está por ver si Mario Draghi muestra preocupación sobre este asunto o lo considera un bache transitorio y coyuntural.
“La demanda doméstica continúa resistente y debería seguir apoyando la recuperación del mercado laboral”, opinan desde Oxford Economics. Aunque hay problemas para la economía europea como las tensiones comerciales con EEUU o la crisis de las divisas emergentes.
“Sin embargo”, señala Oxford Economics, “los datos se han estabilizado en verano y siguen apoyando una expansión continuada y robusta”. En este escenario, el BCE puede reducir ligeramente su previsión de crecimiento, pero al mismo tiempo mantener su confianza en que la actividad económica continuará por su senda actual de recuperación.
En junio, el BCE anticipó que el crecimiento de la zona euro se mantendría en el 1,7% hasta 2020, mientras la inflación también se situará en ese mismo porcentaje durante el periodo.