"La actividad económica ya se encontraba en una tendencia de desaceleración antes de la crisis"
La economía española sufrirá en 2020 una desaceleración de entre el 5,6% y el 10,7%, según ha publicado este jueves el servicios de estudios de Mapfre, que considera que "la actividad económica ya se encontraba en una tendencia de desaceleración antes de que fuera impactada por la crisis sanitaria del Covid-19 y por el subsecuente parón económico que se hará visible en las cifras del primer trimestre".
No obstante, en su informe 'Panorama económico y sectorial 2020' avisan que estas cifras se irá revisando en función de la extensión del periodo de confinamiento. Además, afirma que España entrará rápidamente en recesión, como ya muestran los primeros indicadores, principalmente los negativos datos de empleo.
Precisamente, respecto al desempleo, sus cálculos fijan que el parón de la actividad en los sectores de proximidad, en lo que España está especializado, podría incrementar la tasa de paro hasta ubicarla cerca del 18% a finales de año. Aunque tampoco descartan, en un escenario más severo, que alcanza niveles equivalentes a la crisis 2009 (23,4%).
En cuanto a la deuda, los analistas creen que las activación de medidas estabilizadoras tendrá "un impacto colosal" sobre las cuentas públicas, no solamente por el gasto corriente necesario sino por la reducción en los ingresos que se derivan de la actividad económica. De esta manera, a finales de 2021, la deuda superará según sus cálculos el 115% del PIB, aunque aprecian cierto margen gracias a los bajos tipos de interés y a las medidas de control de estrés soberano que se derivan de la política de balance del Banco Central Europeo (BCE).
Para el conjunto de la eurozona, Mapfre prevé una contracción del PIB de al menos el 5,1%, que podría llegar en el escenario base estresado a una caída del 12,4%. "El virus ha puesto a la eurozona ante el mayor reto al que se ha enfrentado desde su fundación", señalan.
Explican que esta es una estimación que dependerá de la duración y profundidad de la contracción en la actividad económica, de la eficacia de las medidas de soporte, tanto sanitarias como económicas y, muy especialmente, de los compromisos institucionales en materia de financiación del rescate financiero de la región que logren alcanzarse.
En este escenario, creen que el BCE parece, por ahora, el único elemento de ayuda mancomunada viable a corto plazo y consideran que la discusión se centra en la viabilidad, la forma y las condiciones de posibles mecanismos solidarios de rescate paneuropeo, así como en las consecuencias económicas, políticas y estructurales sobre el futuro de la unión en función de las medidas que se tomen.
Aún así, ven positivo que más allá del plan aprobado para acometer los retos de la crisis se vea necesario la creación de un fondo de reconstrucción (equivalente al plan Marshall) vinculado a presupuestos europeos, con lo que el principio de solidaridad parece por el momento mantenerse aún vigente en la Unión.
A nivel global, los analistas del grupo consideran que la economía mundial se encuentra en un escenario de incertidumbre extrema por el impacto del Covid-19 sobre la actividad sin precedentes, en el que resulta imposible anticipar el resultado de las decisiones de política económica y social. Así, en un amplio rango en función de un escenario base y otro escenario base estresado, estiman que la economía mundial puede contraerse entre un 3% y un 8,2% este año.
"El coste económico es mayúsculo, debido a las disrupciones de suministros, la aversión al riesgo y las implicaciones financieras que puede llegar a alcanzar", señalan. Esperan que el crecimiento económico revertirá con mayor o menor fuerza en 2021 y arrastrará una factura bajo la forma de incremento de deuda pública de, al menos, el 15% del PIB global.