Pacificar el BCE e impulsar estímulos fiscales, los primeros retos de Christine Lagarde

La nueva presidenta del organismo se estrenará en rueda de prensa la próxima semana

César Vidal
Bolsamania | 03 dic, 2019 06:00 - Actualizado: 09:31
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Christine Lagarde, presidenta del BCEThierry Monasse

Christine Lagarde ofrecerá su primera rueda de prensa como presidenta del Banco Central Europeo (BCE) el próximo 12 de diciembre. En su intervención de este lunes en el Parlamento Europeo, la banquera central anticipó que la revisión de la estrategia monetaria del organismo comenzará "en un futuro cercano", pero al mismo tiempo señaló que es "prematuro" e incluso "contraproducente" comentar la dirección que tomará esa revisión.

Aunque Lagarde evitó dar claves sobre la política monetaria actual o futura del organismo, añadió que al entorno de baja inflación y bajos tipos de interés se suman "nuevos desafíos" como la demografía, el cambio climático o los cambios tecnológicos. Por ello, en su opinión, en línea con el discurso de Jerome Powell, su homólogo al frente de la Reserva Federal de EEUU (Fed), señaló que "el espacio para proteger a la economía de acontecimientos adversos está más limitado que antes de la crisis".

En sus últimas intervenciones, Lagarde también ha marcado una prioridad para los gobiernos de la zona euro. "Los países, y especialmente aquellos con espacio fiscal, realmente no han hecho los esfuerzos necesarios. Obviamente estamos pensando en países que tienen superávits crónicos, como Holanda, Alemania y otros países", afirmó a finales de octubre.

¿CUÁLES SERÁN SUS PRIMEROS MENSAJES?

"Lagarde irá a lo seguro", afirman desde Pantheon Macroeconomics. "No hemos escuchado nada que sugiera un cambio y esperamos unos pronósticos moderados para la inflación y el crecimiento". Estos expertos esperan que la política monetaria del BCE mantenga el curso asignado por Mario Draghi en septiembre y que Lagarde "siga presionando" y pida más "estímulos fiscales".

También comentan que una de sus primeras iniciativas será promover el consenso dentro del BCE, después de que la última ronda de compra de activos (QE) anunciada por Draghi no obtuviera el respaldo de algunos miembros del Consejo de Gobierno y provocará una pequeña guerra en la institución.

En este sentido, Deutsche Bank ha eliminado de su previsión cualquier estímulo adicional por parte del organismo, debido a la ligera mejoría de los datos económicos en la zona euro y a que, tras la polémica por la última ronda de QE, Lagarde no se arriesgará a inyectar nuevos estímulos a no ser de que se produzca "una materialización de los riesgos" para la economía. El banco germano también espera "más volatilidad, al menos temporalmente", hasta que el mercado "se acostumbre a interpretar las señales de Lagarde"

Por su parte, el banco suizo Credit Suisse considera "poco probable que la política monetaria siga relajándose" y añaden que "la nueva forma de dirigir la Unión Europea (UE) y el BCE podrían generar un nuevo impulso político". Así, esperan que 2020 marque "el primer año de expansión fiscal de la eurozona en más de una década".

Además, añaden que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por parte de la Comisión Europea podría generar mejores interpretaciones, lo que permitiría a Italia y otros países facilitar aún más la política fiscal.

Desde la gestora Amundi consideran que el BCE necesita la política fiscal para lograr su objetivo, al mismo tiempo que los gobiernos necesitan tipos bajos para financiar sus economías. En su opinión, esto cuestiona la independencia del BCE, ya que es el propio organismo el que reconoce que "la política fiscal debería sustituir gradualmente a la política monetaria". No obstante, comentan que, a no ser que se produzca una crisis, los países con capacidad fiscal como Alemania y Países Bajos se mostrarán "reacios a avanzar en esta dirección".

Por tanto, Lagarde tiene un largo camino por delante para 'pacificar' el Consejo de Gobierno del BCE, promover los estímulos fiscales en la eurozona y revisar los objetivos de política monetaria de la institución. En este sentido, Bank of America Merrill Lynch anticipa que el objetivo de inflación cercano o por encima del 2% no se cambiará en el futuro, pero sí considerable probable que, a medio plazo, el BCE "elimine de sus opciones los tipos de interés negativos". Estos expertos consideran "desde hace muchos años" que "los tipos negativos han sido un error y las evidencias están reforzando esta visión".

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