La calificadora no espera reformas en 3-4 años
La agencia de rating Moody's ha revisado la calificación crediticia de España, que se mantiene en Baa2, pero rebaja la perspectiva desde positiva a estable y menciona la dificultad para apuntalar las cuentas fiscales con independencia del Gobierno que se forme.
La calificadora de riesgos sigue siendo entre las tres grandes agencias (junto a Fitch y S&P) la que otorga una nota menor a España. En este caso, Moody's justifica la decisión en "el impacto negativo de una trayectoria de metas fiscales perdidas y la aplicación menos eficaz de algunos cambios institucionales con pocas perspectivas de cambio, contra el impacto positivo del crecimiento del PIB en los últimos años".
Las reformas de los últimos años han tenido un impacto menor de lo que habíamos anticipado cuando se asignó la perspectiva positiva
Moody's, además, explica que en 2014 cuando se situó la nota en Baa2 la perspectiva positiva hacía referencia a "la opinión de que la recuperación de la economía, junto con la continuación de las reformas estructurales, asegurarían que las mejoras en la situación fiscal del Gobierno continuarían".
Sin embargo, alerta la agencia, "mientras que el crecimiento superó con creces las expectativas de Moody's en el momento que se asignó la perspectiva positiva, el Gobierno desde entonces ha perdido los objetivos fiscales nominales que se establecen en el programa anual de estabilidad de España, un patrón que la agencia considera que continuará en el futuro".
Además, Moody's dice que "las mejores institucionales que el Gobierno de España había legislado en los últimos años, incluyendo un mayor control sobre las finanzas regionales y una reforma de las pensiones, han tenido un impacto menor del que habíamos anticipado cuando se asignó la perspectiva positiva. Este resultado menos favorable limita el potencial para la mejora fiscal futura de España y su trayectoria de crecimiento".
INCERTIDUMBRE POLÍTICA
Sobre el escenario político tras las elecciones del 20 de diciembre, Moody's destaca que el entorno político es probable que "esté muy fragmentado durante los próximos 3-4 años, lo que provocará que las reformas serán más lentas o inexistentes".
"A pesar de que los desafíos económicos y fiscales de España siguen siendo importantes, el país es poco probable que implemente reformas significativas adicionales, lo que tiene consecuencias negativas para las futuras tendencias de crecimiento y de deuda", aseguran los analistas de la calificadora. "La constelación política fragmentada que surgió de las elecciones parlamentarias del 20 de diciembre no es propicia para una nueva aceleración en el ritmo de reformas en España".
Comunicado de Moody's
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