"Es probable que la guerra traiga menor crecimiento y mayor inflación los próximos trimestres"
La guerra en Ucrania ha supuesto un impacto significativo para Europa que ha disparado los temores de que pueda llegar a darse una situación de estanflación. De hecho, es más que probable que el conflicto traiga menor crecimiento y mayor inflación en la zona euro los próximos trimestres. Ante este panorama cabe preguntarse si es posible que la eurozona se salve de caer en una recesión.
"Nuestro escenario base sigue siendo que la zona euro puede capear este impacto sin una recesión, pero el riesgo ha aumentado", dicen los analistas de Credit Suisse, que recortan sus previsiones de crecimiento. "Es probable que el conflicto resulte en una trayectoria de menor crecimiento y mayor inflación en la zona euro en los próximos trimestres", aseguran, y fijan ahora su estimación del Producto Interior Bruto (PIB) para la eurozona en el 2,8%, lo que supone 1 punto porcentual menos.
Además, incrementan la previsión de inflación en 2 puntos porcentuales frente a la estimación previa a la invasión, hasta el 6% en 2022. "Los acontecimientos recientes sugieren que esas suposiciones pueden haber sido demasiado optimistas", apuntan.
Creen que el principal mecanismo a través del cual el conflicto entre Rusia y Ucrania probablemente afecte a la economía europea son los altos precios de las materias primas o, en un caso más pesimista, una posible interrupción del suministro de Rusia. Y a esto pueden añadirse también hay otros factores: "No minimizaríamos la importancia del aumento de los precios de los alimentos y su impacto en las finanzas de los hogares, las advertencias de un posible empeoramiento de los cuellos de botella de la cadena de suministro y un endurecimiento de las condiciones financieras, lo que podría debilitar aún más la confianza de las empresas y los hogares".
Credit Suisse también menciona otros canales que parecen menos significativos. Rusia y Ucrania son mercados de exportación bastante pequeños para la zona euro (representan alrededor del 0,6% y 0,1% del PIB, respectivamente), "por lo que cualquier disminución de las exportaciones debido a sanciones o a una demanda débil tendrá un impacto limitado". Además, la exposición de los bancos de la zona euro a Rusia también es limitada, "solo unos pocos nombres tienen una exposición transfronteriza importante al país (aunque nunca se debe subestimar la interconexión y la complejidad y del sistema financiero, lo que puede resultar en pagos atrasados)".
¿Qué desarrollos clave podrían generar un resultado estanflacionario? Los analistas señalan dos factores: un nuevo aumento significativo y sostenido de los precios de las materias primas y una interrupción en el suministro de petróleo y gas ruso a Europa.
Como explican, un aumento sostenido de los precios del petróleo hacia los 160 dólares el barril y los precios del gas hacia los 250 euros/MWh durante los próximos meses "probablemente sería suficiente para generar una recesión técnica, al menos en ausencia de una política de mitigación significativa". En sus nuevas previsiones, los precios del petróleo cotizarán de media en los 120 dólares de aquí a junio, antes de volver a caer a los 100 dólares a finales de año.
"En general, no podemos excluir el riesgo de una recesión técnica", aseguran. ¿Y si sucede? "De manera similar a la pandemia, creemos que los gobiernos intervendrían para proteger los ingresos y el empleo de los hogares y la liquidez empresarial para evitar una recesión prolongada".
Sin embargo, es probable que la relación entre el aumento de precio de las materias primas y el crecimiento del PIB no sea lineal. Además, el ritmo de aumento del precio de las materias primas también es importante, es decir, cuanto más pronunciado es el aumento de los precios, más repentina es la desviación de los ingresos de los hogares y las empresas para pagar facturas de energía más altas. Y cuanto más repentino sea ese desvío, más débil será la demanda interna y mayor será el riesgo de recesión, detalla Credit Suisse.
También opinan que el conflicto tendrá consecuencias significativas para la dirección política de la UE a largo plazo: más cohesión, reglas fiscales más flexibles y una política fiscal más expansiva. "Eso, a su vez, reduce aún más el riesgo de un crecimiento persistentemente débil más allá del corto plazo", afirman.