May vs. Barnier: las ocho claves de una semana crucial para el Brexit

La cumbre europea del próximo 22 de marzo aprobará la relación futura del bloque con Reino Unido a partir de 2019

  • El negociador europeo, Michel Barnier, recuerda a May que debe afrontar la cruda realidad que supone abandonar el bloque
  • Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, insta a la primera ministra británica a ser "más clara" sobre su posición frente a las negociaciones
  • Ambos bloques mantienen abiertos ocho frentes que deben solucionar en apenas una semana
Javier de Alfonso
Bolsamania | 19 mar, 2018 06:00 - Actualizado: 14:51
may barnier portada
Foto: Irakli Tavberidze

La relación no está clara. Ni siquiera las demandas de cada uno, aunque es a Theresa May a quien le toca mover ficha. A unos días de la cumbre europea en Bruselas que firme la relación futura de ambos bloques, la Comisión Europea ha recordado a la primera ministra del Reino Unido que debe ser más clara sobre su posición frente a las negociaciones. El tiempo corre, y en un año las islas deberán abandonar la Unión de los 28, sin la existencia actual de un marco que permita dibujar la relación futura entre ambos.

El representante europeo en las negociaciones, Michel Barnier, alzó la voz frente a la falta de proactividad británica y recordó a May el pasado martes que debe afrontar la cruda realidad: no existirán beneficios fuera de la Unión Europea.

Con decenas de declaraciones cruzadas y meses de negociaciones, entender cada uno de los frentes abiertos que ambos bloques deben clarificar se antoja complicado. Sobre la mesa, eso sí, hay ocho temas principales:

1. La frontera de Irlanda: un problema político y sentimental

La República de Irlanda cuenta sus días en un mercado común con sus vecinos del Norte, una relación que tras años de guerras y generaciones asesinadas había conseguido calmarse. Situación que el Brexit amenaza peligrosamente. Ambos bloques comparten su idea de omitir una frontera física que recuerde a épocas pasadas. Sin embargo, la primera ministra británica ha reiterado su deseo de mantener el libre movimiento de personas y mercancías entre ambos extremos de la isla esmeralda. Esto es inaceptable en opinión del bloque europeo, quien mantiene su deseo de alcanzar una frontera lo más 'invisible' posible, pero con cierta regulación. Fuera de la Unión Aduanera y sin un sistema arancelario común, la región podría convertirse en un nido excelente para el contrabando.

2. La Unión Aduanera: negociar con Europa, pero también con el resto

La primera ministra británica sacará a Reino Unido de la Unión Aduanera europea, permitiendo a Reino Unido negociar con terceros países en materia comercial. Sin embargo, su intención es llegar también a acuerdos con Europa que le protejan frente a prácticas proteccionistas para la mayoría de sus sectores. Una situación que debe basarse en la confianza mutua, y no bajo ningún tipo de legislación, algo que Barnier ya ha catalogado como improbable. "No puedes alcanzar el estatus de tercer país y demandar las ventajas de la relación común", declaró el negociador francés el pasado martes en Bruselas.

3. La legislación europea: May quiere un mecanismo independiente que arbitre en caso de conflicto

La líder 'tory' ha reiterado en numerosas ocasiones su deseo de que el Reino Unido abandone el marco regulatorio europeo. Sin embargo, entiende que la colaboración futura entre reguladores de ambos bloques es necesaria. Se trata mantener una relación "que ya existe" entre los organismos legales, declaraba May a principios de mes en su cuarto discurso sobre el Brexit en la City londinense. Además, propuso la creación de un "mecanismo arbitrario" que medie en los futuros conflictos que pudieran surgir. La UE no permitirá una legislación diferente para un estado que desea obtener beneficios derivados del mercado común.

4. Seguridad: el único punto de acuerdo

Sorprendente, pero cierto. Ambos bloques coinciden en algo. La primera ministra británica quiere continuar colaborando con Europa en materia de seguridad. "La seguridad de Europa es nuestra seguridad", explicó el pasado 2 de marzo. Como principal inversor en materia de protección del bloque, la UE no se negará a tal propuesta.

5. Entidades financieras: Reino Unido quiere que sus bancos puedan operar en Europa

Otro de los puntos más sensibles de la negociación. El sector financiero, uno de los mayores afectados por el Brexit, suspira por continuar operando en el mercado europeo sin restricciones, algo que la UE ya ha comunicado que será imposible fuera de la relación común. El acceso a la UE deberá ser bajo las mismas reglas que para entidades visitantes, eliminando así los riesgos derivados de integrar a la banca británica sin una regulación común.

6. Agencias Europeas: el "cherry-picking" británico

Las agencias europeas amparan servicios como la medicina, prácticas nucleares o la aviación. En su discurso de principios de marzo, Theresa May planteó la posibilidad de continuar siendo partícipe de estas organizaciones, contribuyendo económicamente y respetando la regulación que la UE considere necesaria. Para el bloque europeo, esto es una muestra más del 'picoteo' que Reino Unido pretende hacer sobre los privilegios que otorga la Unión de los 28, cuando la salida se produzca efectivamente.

7. Agricultura y Pesca: una cuestión de confianza mutua

Con su salida del bloque, Reino Unido abandonará a partir de 2019 la regulación para los sectores de la pesca y la agricultura. El interés británico avanza hacia una relación más beneficiosa para sus productos pesqueros que la actual. La UE propondrá una línea de negociación que prohiba la imposición mutua de de aranceles, algo que no está claro que May vaya a aceptar.

8. Gibraltar: el peñón quiere quedarse

El Brexit abre una nueva ventana de negociación para España y el Reino Unido sobre la relación del peñón. Con una población de 33.000 personas, la región se ha mantenido en manos británicas desde 1713, con actualmente 8.000 españoles cruzando la frontera a diario para trabajar en Gibraltar. Un informe del Real Instituto Elcano muestra un deseo abrumador de los gibraltareños de permanecer en la UE, pero no mediante la nacionalización de la región. El peñón quiere quedarse, y la relación es positiva para la región.

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