El Eurogrupo se pronunciará este lunes sobre las candidaturas de Guindos y Lane
No va más. La carrera de Luis de Guindos hacia el Banco Central Europeo (BCE) afronta este lunes su principal reválida, la de los ministros de Economía y Finanzas de los países del euro. Si 14 de los 19 representantes lo apoyan, dará un paso prácticamente definitivo para convertirse en el primer vicepresidente español en la historia de la institución.
Hasta la fecha, el BCE ha tenido tres vicepresidentes: un francés, Christian Noyer; un griego, Lucas Papademos; y un portugués, Vítor Constancio, cuyo mandato expira el próximo 31 de mayo. Si se cumplen los pronósticos, el cuarto en la lista será un español. Nuestro país recuperará así 'su' silla en el Comité Ejecutivo del BCE, perdida en 2012 tras haberla ocupado primero con Eugenio Domingo Solans, entre 1998 y 2004, y luego con José Manuel González-Páramo, de 2004 a 2012.
El Gobierno da por hecho que será así. "Tenemos los apoyos suficientes", aseguró el aún ministro de Economía en la rueda de prensa en la que presentó su candidatura. Esta versión por fin se someterá al contraste de los hechos en la reunión que el Eurogrupo, es decir, los 19 ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona, celebrará este lunes y a la que Guindos asistirá en primera persona porque continúa siendo el representante español por su condición de ministro de Economía.
Si el candidato español logra al menos 14 apoyos de países que representen en conjunto al menos el 65% de la población, la vicepresidencia será suya y su rival, Philip Lane, actual gobernador del Banco Nacional de Irlanda, esperará a una mejor ocasión. Esta llegará posiblemente en 2019, puesto que suena como el principal favorito para relevar al miembro del Comité Ejecutivo y economista jefe del BCE, Peter Praet, cuyo mandato acaba el 31 de mayo del próximo año.
CASI DEFINITIVO
Aunque el proceso no acabará con el veredicto del Eurogrupo, lo cierto es que será casi definitivo, puesto que nunca se le ha llevado la contraria. Una vez haya designado a su candidato, se lo comunicará al Ecofin, que este martes adoptará formalmente la designación del ganador y la elevará al Consejo Europeo, que pondrá el broche definitivo a la sucesión de Constancio en la cumbre de los días 22 y 23 de marzo.
En este mes de espera se producirán a su vez dos pronunciamientos adicionales, el del propio BCE y el del Parlamento Europeo. Aunque ninguno es vinculante, lo que digan sí tendrá relevancia.
Europa es así. Los equilibrios y los juegos políticos siempre pesan. Esta vez, de hecho, representan la principal baza del candidato español
En el caso del BCE, la llegada de Luis de Guindos genera rechazo. Nunca antes un ministro ha dado el salto directo a una institución para la que su independencia resulta clave. Este paso automático del Eurogrupo al BCE no preocupa por el hecho de que sea Guindos, sino por el precedente que supone y porque abre una pasarela, la que conecta los mundos político y monetario, que hasta ahora no existía de manera tan directa. Con todo, y dado que su opinión no es vinculante, no se espera que el BCE se oponga a su llegada.
En cuanto al Parlamento, cuya comisión de Asuntos Económicos y Monetarios ya mostró la semana pasada su predilección por Lane, la posibilidad de que no respalde a cualquiera que sea el candidato elegido es elevada. ¿El motivo? La ausencia de candidatas. Ya ocurrió en 2012, cuando el Eurogrupo se decantó por el luxemburgués Yves Mersh para sustituir precisamente a González-Páramo.
Entonces, el Parlamento vetó su nombramiento para manifestar su rechazo a la mínima presencia de mujeres en el BCE. Ahora, con sólo una mujer entre las seis personas que componen el Comité Ejecutivo y con apenas dos entre los 25 puestos del Consejo de Gobierno del BCE, el Parlamento, que había solicitado la presentación de candidatas para relevar a Constancio, podría volver a denunciar la perpetuación de esta realidad.
Nada de eso, sin embargo, anulará el proceso. El Gobierno y el propio Guindos están más que confiados de que España recuperará su sitio permanente el directorio del BCE, con lo que se establecerá de nuevo el pacto no escrito según el cual las cuatro mayores economías de la Eurozona, como son Alemania, Francia, Italia y España, siempre tendrían una silla en el Comité Ejecutivo de la institución. Así es Europa. Los juegos y los equilibrios políticos siempre pesan. Y, salvo sorpresa monumental, esta vez lo harán en favor del candidato español.