Quiere incrementar un 0,5% la ayuda al desarrollo y firmar un acuerdo estratégico con los países africanos
El 24 de septiembre los alemanes están llamados a las urnas. Angela Merkel se encuentra ante el reto de revalidar su cuarto mandato al frente de la 'locomotora' de Europa. Y para ello, se presenta a las elecciones con todas las encuestas de cara y con un programa político con mucho acento económico, pero con una idea muy ambiciosa para reducir la inmigración en Europa: un plan Marshall para África.
La canciller y candidata de la Unión de Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) pretende que la presión migratoria se reduzca en su país, aunque sin especificar el límite de refugiados que puede asimilar Alemania en el programa electoral que ocupa 72 páginas. Sin embargo, su partido hermano en Baviera, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) sí que es partidario de poner un cupo de 200.000 inmigrantes al año que podrían llegar al estado más próspero de Alemania.
Una diferencia que distancia a Merkel de su socio, el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer. Las diferencias entre ambos en este tema son irreconciliables, aunque han encontrado un punto de encuentro con el objetivo de reducir la avalancha de refugiados: un mayor esfuerzo por parte del Gobierno de Alemania en la ayuda al desarrollo en los próximos años. Merkel promete incrementar los fondos a la cooperación del 3% actual hasta el 3,5% en el 2025 y firmar una alianza estratégica con los países africanos para cambiar el paradigma de este tipo de inversiones.
La ‘dama de hierro’ de Templin quiere que los gobiernos que reciban estas ayudas no lo hagan sin ningún tipo de contraprestación, sino que se comprometan a destinar los fondos a proyectos rentables para la población local, luchen contra la corrupción y el clientelismo de las mafias, apliquen los derechos humanos y refuercen el papel del Estado como garante de los derechos y deberes de los ciudadanos.
Merkel quiere que los países que reciban ayudas luchen contra la corrupción y el clientelismo de las mafias, apliquen los derechos humanos y refuercen el papel del Estado
El Ejecutivo que lidera Merkel está convencido de que la solución pasa por intervenir sobre el terreno. Gerd Muller, ministro de cooperación económica y desarrollo, apuntó en la conferencia celebrada en junio en Berlín ‘Asociación G20-África’ que atender a un ciudadano africano en Europa es 130 veces más caro que atenderlo en su propio país.
La candidata del CDU y favorita para volver a ocupar la Cancillería Federal, sin embargo, sabe que este esfuerzo inversor pasa porque el conjunto de los países más ricos también pongan su ‘granito de arena’ en la cooperación con África y que esta propuesta no sólo corra a cargo de los presupuestos públicos de Alemania. Por ello, en la última cumbre del G-20 celebrada en Hamburgo el 7 y 8 de julio sondeó la idea entre sus homólogos, como también lo hizo a finales de agosto en París donde se reunió con los presidentes de Francia, Italia, España, Chad, Libia y Níger.
En ese encuentro, la primera voz discrepante con el plan de Merkel fue la de la italiana Federica Mogherini, la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, que reconoció que el principal problema de África es la pobreza, pero se mostró contraria a lanzar un nuevo plan Marshall, porque la Unión Europea y sus países miembros ya invierten anualmente 20.000 millones de euros en el continente.
PLENO EMPLEO PARA 2025 Y REDUCCIÓN DE IMPUESTOS
Además de esta novedosa idea que propone el partido de Merkel, que se deberá repensar para buscar el consenso de la UE, la formación demócrata cristiana también recoge entre sus propuestas económicas una reforma fiscal para bajar los impuestos hasta los 15.000 millones de euros, pleno empleo para 2025 -reducir la tasa de paro a menos del 3% en un país con una tasa del 5,5%- y un aumento de las subvenciones sociales. Entre otras medidas, contempla incrementar en 300 euros la ayuda por hijo que reciben las familias alemanas.
La reforma de las pensiones también está encima de la mesa del debate alemán. El Partido Socialdemócrata (SPD), que ha gobernado Alemania junto a la CDU desde 2013, propone incrementar las pensiones para terminar con las más bajas. Sin embargo, la formación conservadora no contempla ningún tipo de cambio de las pensiones y la propia Merkel asegura que “están aseguradas hasta 2030”. El programa también recoge la construcción de 1,5 millones de nuevas viviendas y dar un impulso a la digitalización del país.
El programa de la CDU-CSU, una coalición que ha estado cerca de romperse por las medidas dedicadas a luchar contra la inmigración, también incluye la limitación del derecho a la doble nacionalidad a una sola generación, por lo que sólo los hijos de padres extranjeros nacidos en Alemania podrán retener las dos nacionalidades.
Precisamente esta propuesta es una de las medidas de consenso entre ambas formaciones en cuanto a la disminución de la inmigración. "La situación de 2015, en la que casi un millón de refugiados llegó a Alemania no puede volver a repetirse", advierte la formación bávara, que reniega de la política de puertas abiertas fomentada por Merkel. La lucha contra el terrorismo y la seguridad es un tema que también preocupa a la sociedad germana y la coalición propone hasta 15.000 plazas de nuevos policías.
Para las empresas, el partido de la canciller propone exenciones fiscales a las pymes que realicen planes de investigación y desarrollo hasta 3.000 millones de euros, siempre que no incrementen la regla de endeudamiento fijada por Wolfgang Schäuble, el ministro de finanzas, que todo apunta que seguirá de la mano de Merkel en el Gobierno federal.
Además de la CDU, los sondeos apuntan que el segundo partido por escaños en el Bundestag será el SPD del expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, con alrededor del 24% de los votos, seguido por la formación izquierdista Die Linke, Los Verdes, el liberal FDP y el partido ultraderechista Alternativa para Alemania, que irrumpirá por primera vez en la cámara germana.
El mercado, de momento, vive con calma las semanas previas a estos comicios, pues descuenta ya la victoria de Merkel y no se espera que haya ninguna sorpresa después de un 2017 que venía cargado de grandes acontecimientos políticos en toda Europa, como las elecciones en Holanda, en Francia y en Reino Unido, y que finalmente las bolsas han recogido con subidas generalizadas y avances en el acumulado del año. El Ibex 35 se revaloriza cerca de un 11% en 2017; el FTSE Mib italiano, un 16%; el Dax alemán, un 9,4%; el Cac francés un 7,3%; y el FTSE 100 británico, un 3,3%.