El balance de la entidad derriba otra barrera al abrigo de la política del BCE
Las medidas sin precedentes del Banco Central Europeo (BCE) siguen arrojando consecuencias sin precedentes. El balance de la entidad marca otro hito en febrero al alcanzar por primera vez los 4,5 billones de euros. O lo que es lo mismo, más de tres billones por encima de los niveles en los que se movía antes de la crisis.
Durante la semana pasada, el balance engordó en otros 11.109 millones, que elevaron la cifra total hasta los 4,504 billones de euros. Además de ser una cifra jamás vista, equivale ya al 42% del Producto Interior Bruto (PIB) de la Eurozona, una ratio también comparación entre sus semejantes. En el caso de la Reserva Federal (Fed), su balance, situado en los 4,43 billones de dólares -unos 3,57 billones de euros-, equivale a poco más del 23% del PIB estadounidense.
Estos datos evidencian la potencia de las medidas expansivas ejecutadas por el BCE bajo la batuta de Mario Draghi, presidente de la entidad desde noviembre de 2011. Sus distintas rondas de financiación bancaria a largo plazo y, sobre todo, las importantes compras de deuda pública y privada en el mercado que viene realizando desde 2015 están alimentando el crecimiento del balance. El apartado que recoge esas compras dentro del balance alcanza ya los 2,43 billones de euros. En marzo de 2015, justo antes de que el BCE iniciara esas compras, ese apartado apenas registraba 237.136 millones de euros.
OTRO RETO QUE CONOCERÁ GUINDOS
Estos volúmenes, que posiblemente seguirán creciendo en los próximos meses porque el BCE tiene previsto prolongar las compras al menos hasta septiembre, se sumarán a la lista de los desafíos que la institución monetaria confrontará en los últimos años. O lo que es lo mismo, figurará entre los retos que el aún ministro de Economía, Luis de Guindos, conocerá cuando acceda a la vicepresidencia de la entidad, prevista para junio de este año después de que este lunes fuera ratificado como candidato oficial del Eurogrupo para ese puesto.
Esta vez, la retirada de los estímulos no sólo pasará por los cauces habituales, consistentes en subir los tipos de interés, sino que requerirá desmontar también las medidas de corte extraordinario que ha aplicado. Y entre ellas figurará la de someter al balance a una cura de adelgazamiento, similar a la que la Fed ya viene recetando desde octubre.
Esta particular 'operación retorno', que perseguirá normalizar la anormales políticas actuales, se desarrollará en distintas fases. Primero tocará finalizar por completo las compras de deuda en el mercado, algo que está previsto para este mismo año. Y luego llegará el turno de subir los tipos, con los oficiales ahora en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%, y de reducir el balance.