El control sobre el balance de las entidades ha transferido el riesgo a los Gobiernos
El debate sobre qué riesgo se le debe atribuir a la deuda soberana ha aparecido en cada decisión sobre regulación bancaria tomada por el Foro de Estabilidad Financiera (FSB) y el G-20 desde el estallido de la crisis en 2008. Los bancos pueden considerar los bonos estatales como activos totalmente seguros y evitar así aumentar sus reservas de capital. Un escenario que confía en el acceso exitoso de los Gobiernos a los mercados de renta fija y que podría generar una nueva contracción de liquidez en caso de una crisis de confianza.
Los analistas de Oxford Economics aseguran que esta relación directa que han mantenido la deuda soberana y la deuda privada ha cambiado de dirección. En el pasado, la sobrealimentación de los balances de la banca arrastró a los Gobiernos a afrontar altos pagos por intereses para financiarse. Sin embargo, con un sector financiero cuidadosamente saneado y que huye de activos de riesgo, algunas entidades han acumulado grandes volúmenes de bonos estatales, con teórico riesgo cero, en su estructura. De este modo, su impago o reestructuración podría hacer temblar los cimientos de la banca y desencadenar una nueva crisis. El peligro procede de la solvencia de cada Estado.
Según el Banco de Pagos Internacionales (BIS), el 10% de los activos que guardan los bancos españoles y japoneses son bonos gubernamentales. Una cifra que escala al 20% en algún caso extremo como el de Italia. En concreto, el sector financiero transalpino sostiene una deuda de casi 400.000 de euros en favor del Gobierno.
Un contexto peligroso bajo el poder de un Ejecutivo populista como el conformado por la Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas que ya ha planteado la posibilidad de condonar parte de esa deuda en caso de necesidad. El vetado ministro de Economía, Paolo Savona, propuso antes de ser excluido del gabinete un recorte del 50% sobre el 'debe' de la Administración Pública que habría resultado en una pérdida de 160.000 millones de euros para los bancos italianos y en la destrucción del 90% de su capital 'Tier 1' o 'core capital'. Intención que disparó la prima de riesgo de todas las economías periféricas de la Eurozona, incluida la española.
"No nos sorprende que los intereses de la deuda soberana y privada italiana aumenten estas últimas semanas. El grado de correlación entre ambas ha vuelto a niveles anteriores a la crisis. Asimismo, empezamos a observar señales de que la demanda de CDS en otros países de la zona euro ha repuntado", apuntan los analistas de la consultora británica y que demuestra el alto nivel de contagio que existe dentro del bloque monetario. "La reestructuración de la deuda soberana desencadenaría una crisis autoinfligida y no existe una solución obvia para la gran exposición de las instituciones financieras a este tipo de deuda", añaden.