La crítica de Financial Times a España: el dolor burocrático de intentar construir una vivienda ecológica

Cuenta la experiencia de un matrimonio que intentó remodelar una casa en Andalucía

  • La pareja compró un cortijo en la localidad cordobesa de Iznájar
  • Después de más de una década, aún no se han instalando en la vivienda
Bolsamanía
Bolsamania | 29 ene, 2016 19:53 - Actualizado: 20:15
Iznajar

El diario británico Financial Times ha vuelto a dirigir una crítica a España. Y no, esta vez no se trata de la situación política en que se encuentra el país después de las elecciones generales. En esta ocasión, el rotativo británico se ha fijado en la batalla burocrática en la que se visto inmersa una pareja para construir una vivienda ecológica en una localidad de Córdoba.

“Iba a ser nuestra eco casa de ensueño, con la intención de ser tan autosuficiente como fuera posible”, cuenta Claire Barron al medio. Eso fue hace trece años, “mucho antes de que el sueño se convirtiera en pesadilla”, en una “experiencia surrealista de años vadeando el lodazal de la burocracia española”.

El plan: convertir un cortijo centenario del municipio de Iznájar en tres apartamentos alrededor de un patio central con la intención de alquilarlos de manera individual o en conjunto. Esto fue en 2002 pero no fue hasta 2015 cuando Jonathan y Claire Barron pudieron pasar su primera noche allí.

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"Nos llevó 18 meses rastrearlos a todos y trabajar a través de generaciones de trámites de herencia antes de que finalmente pudiéramos comprar la propiedad"

PRIMEROS OBSTÁCULOS

El primer obstáculo fue rastrear a todos los miembros de la familia propietaria de la casa, que emigraron durante la dictadura franquista. “Nos llevó 18 meses rastrearlos a todos y trabajar a través de generaciones de trámites de herencia antes de que finalmente pudiéramos comprar la propiedad. Era una advertencia de lo que estaba por llegar”.

La compra se efectuó en 2004, año en que España se encontraba en un periodo de sequía. El abogado del matrimonio les dijo que la autoridad responsable del agua en la zona estaba preocupada por la contaminación del agua de su propiedad, y que la única manera de que consiguieran el permiso de obra sería construir una “vivienda familiar” en vez de un “proyecto de turismo rural”.

Así que cambiaron el proyecto y tuvieron que conseguir una nueva expedición del permiso de obra, por el que habían pagado 3.000 euros. Al final decidieron que era más rápido conseguir una nueva licencia y pedir la devolución del anterior, y contrataron a un segundo arquitecto experto en energías renovables y un equipo de obreros que finalizaron la casa en seis meses.

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"Más de una década de luchar contra la burocracia Española no sale barata, y si alguna vez fuéramos a vender seríamos afortunados de recuperar el dinero que hemos echado en este proyecto"

MÁS DE UNA DÉCADA CONTRA LA BUROCRACIA

España es su peor enemigo y es desesperante a la hora de hacerle frente, tanto es así que nuestros amigos españoles están avergonzados por nuestra experiencia”, comenta Claire Barron.

Pero su lucha no terminó aquí: las autoridades cortaron el suministro de agua porque sólo permitían seis meses en la licencia de obra. Necesitaron ocho meses más de peleas con la burocracia para volver a tener agua. “No sólo no tenían ninguno de los documentos en el ordenador, sino que no reconectarían el agua hasta que aseguráramos un contrato para vaciar la fosa séptica a pesar del hecho de que rara vez necesita vaciarse porque es un sistema biológico especial que contiene organismos bacterianos para descomponer la materia fecal y piedras volcánicas para filtrar y limpiar el agua”, explica Barron. Finalmente consiguieron que el agua llegar a su casa ecológica, pero tuvieron que cambiar la cubierta del contador del agua porque no era el modelo estándar.

“Más de una década de luchar contra la burocracia Española no sale barata, y si alguna vez fuéramos a vender seríamos afortunados de recuperar el dinero que hemos echado en este proyecto”. Pero esto no significa que la vivienda esté terminada: “Esperamos que la calefacción e Internet estén instalados el próximo mes y por fin podamos mudarnos”.

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