España, junto a Francia, Italia y Holanda, "están lejos de haber movilizado los recursos requeridos"
Yves Bonzon, responsable de inversiones de Julius Baer, avisa de que todos los países deberían adoptar medidas lo suficiente sólidas a nivel cuantitativo y cualitativo para garantizar la recuperación en cuanto termine el confinamiento. Añade que la manera de financiar las transferencias necesarias de los gobiernos al sector privado, es decir, una mezcla de subida de impuestos, préstamos basados en ahorro privado y monetización, jugará un papel fundamental en la capacidad de recuperación de los países.
En este sentido, Julius Baer divide la respuesta de los países en tres grandes grupos. En primer lugar, EEUU, la mayoría de los países anglosajones y Alemania, que “han movilizado el volumen requerido de apoyo presupuestario”. En el segundo pelotón entra España, junto a Francia, Italia y Holanda, “que están lejos de haber movilizado los recursos fiscales requeridos”. De hecho, Bonzon enfatiza que, “en muchos casos, los apoyos a las empresas parecen dispares e insuficientes”. En el último peldaño se sitúan los países emergentes, excluida China, que “apenas han empezado a movilizar recursos, pero que, por encima de todo, tienen dificultades para pedir prestado o imprimir las sumas requeridas”.
En esta línea, Bonzon avisa de que la viabilidad del euro “va a ser puesta a prueba en los próximos meses” y alerta de que “la incapacidad para imprimir la propia moneda en la que se endeuda es el gran riesgo estructural de la eurozona”.
El responsable de inversiones de Julius Baer admite que la economía mundial se encuentra en un contexto “radicalmente diferente de episodios anteriores”, señalando que la crisis actual no tiene nada que ver con ninguna recesión sufrida en los últimos 50 años. En su opinión, la salida de la recesión dependerá de “la habilidad para reabrir las economías y normalizar la actividad económica manteniendo el control de la pandemia, así como de la capacidad de las empresas privadas que se han enfrentado a un shock en la caída de ingresos para reiniciar su actividad.” Añade que “cuanto más tarden las economías en reabrirse, más importantes tendrían que ser las transferencias de los gobiernos al sector privado”.
Sobre la caída del mercado, Bonzon comenta que “ocurrió a una velocidad sin precedentes". Sin embargo, el rebote rápido también se ha presentado como una sorpresa para los inversores. Especialmente, la recuperación de la renta variable estadounidense parece reflejar que los mercados se han desconectado de los fundamentales de la economía real en un momento en el que el PIB de varios países está cayendo entre un 10% y un 20%.
Bonzon compara los movimientos actuales del mercado con los del crash de 1987 y considera que “una consolidación que lleve a volver a probar los mínimos de marzo no solo sería algo clásico, sino saludable”.
Respecto al desplome “para la Historia” del petróleo, el experto de Julius Baer explica que “a medio plazo es positivo para el crecimiento de los países importadores de petróleo, pero podría afectar negativamente a fuentes alternativas de energía si el petróleo barato se impone como un fenómeno más largo de lo esperado”.
Desde un punto de vista estratégico, el responsable de inversiones de Julius Baer favorece “los activos de calidad”, ya que considera que las inyecciones de liquidez efectuadas “necesitan ser ubicadas en alguna parte” del universo de activos del mercado.