El fantasma de la deflación ya asoma en el gigante asiático
China ha publicado este miércoles los datos de la inflación de julio, que se ha situado en terreno negativo por primera vez en más de dos años. En concreto, los precios han caído al -0,3% en el séptimo mes del año, aunque en tasa mensual, respecto a junio, han subido un 0,2%.
Los datos reportados han sido mejores de lo esperado por el consenso, ya que se esperaba una caída hasta el 0,4%. Así lo ha detallado la Oficina Nacional de Estadística del país, que además del IPC también ha dado a conocer el índice de precios a la producción de julio.
El IPP se ha situado en el -4,4% en el séptimo mes del año, por encima de las previsiones del consenso (la estimación era del 4,1%), aunque mejor que la caída interanual del -5,4% registrada el mes anterior.
El fantasma de la deflación acecha en el gigante asiático cada vez con más fuerza. "Estas cifras amplificarán las preocupaciones sobre el potencial de crecimiento económico de China y la eficacia de las medidas convencionales para impulsar la economía", comenta Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management. Añade que, en cualquier caso, "no se trata de una gran sorpresa, dadas las señales de los datos comerciales de este martes, pero acercan a China continental a una trampa de baja inflación al estilo japonés".
Desde Danske Bank apuntan que aunque "el consenso esperaba este resultado", lo cierto es que "no deja de ser llamativo". "Es raro que los precios al consumo bajen en China. Ocurrió en las crisis mundiales de 2020 y 2009", recuerdan los expertos del banco danés, que inciden en que esta situación se produce "en un momento en el que muchos otros grandes países siguen luchando contra una inflación elevada".
Si se desgranan los datos del IPC chino, la caída interanual del 26% de los precios del cerdo, alimento básico en el país, ha contribuido en gran medida al descenso general de la inflación en julio. Por su parte, los precios del turismo han subido un 13,1% respecto a hace un año.
El IPC subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, ha subido un 0,8% respecto a hace un año, y esta es además la cifra más alta registrada desde enero.
No obstante, la demanda sigue siendo floja, lo que ha provocado que cada vez más expertos alerten del riesgo de deflación, es decir, de una disminución persistente de los precios a lo largo del tiempo (como mínimo, dos semestres según el FMI) motivada por una atonía de la demanda y un exceso de las capacidades productivas.
El banco central chino ha quitado hierro a los temores que se están propagando por el mercado y ha dicho que espera que los precios al consumo repunten tras la caída registrada en el mes de julio. Precisamente, los expertos de Citi creen que la deflación en la que ha caído el gigante asiático será estacional. No dan demasiada importancia a la caída, ya que solo se ha producido en un mes, aunque consideran que de cara al futuro "la adopción oportuna de medidas favorables al crecimiento es fundamental para sostener la economía y apuntalar los precios".